El lavado cerebral al que es sometida la ciudadanía por el sistema mercantil es tal que la ciudadanía a brazo partido defiende a su verdugo.
El sistema mercantil pone en el sitial más alto a la elite económica, la cuál crea leyes que ella no cumple, pero se las hace cumplir al Pueblo.
La ciudadanía señala como delincuente al malandro que roba por sobrevivir dentro de su miseria. Pero, a la elite que ESPECULA por avaricia con sus productos, bienes o servicios que nos suple no la ve como una DELINCUENTE que roba a MUCHOS, que abona para que la miseria de la mayoría perviva... sino que la ve como emprendedora, exitosa... "digna" a imitar.
Es el increíble mundo de la dualidad moral en que vivimos, donde el pordiosero es un malandro y el vestido de etiqueta es un honorable.
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