Reflexión 653
La opulencia
Degrada al hombre. Lo deprava en su ociosidad, prepotencia, soberbia adquiere.
El padre pobre... una luz en su mente lo despabila... y desde joven con mucho esfuerzo, trabajo, entrega va forjando un negocio. Logra hacer fortuna.
El hijo desde joven aprende a administrar la fortuna hecha. Vive holgado.
El nieto ya viviendo en opulencia... sin sentir de donde se forjó la fortuna... empieza a despilfarrarla. Se acaba. Se arruina.
El bisnieto recibe de herencia la miseria, pobreza.
Son pocas las familias que con el trascurrir de los siglos logran mantener la fortuna que una vez uno de sus ancestro forjó.
A través de la Historia lo vemos en los Imperios han existido en la Humanidad. La opulencia, codicia, ambición, avaricia los va degradando, depravando en su interior... hasta que llega un día en que caen, desaparecen... surgiendo otro Imperio emergente.
¿Y por que caen los imperios?
Simple, están conformados de humanos. Humanos que como el nieto... al estar en la opulencia... la glotonería del buen vivir desde su niñez los envenena.
Es la conducta humana... muy propia... que no aguanta dos pedidos para depravarse.
Valmore Vivas
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