25 diciembre 2011

Las cosas no son siempre lo que parecen. Fuente: Motivalia

Resulta muy difícil aceptar las palabras de aliento cuando uno se siente fatal. Suena vacío o un discurso sin sentido los consejos de los amigos para mejorar nuestro estado de ánimo.

Es difícil aceptar que uno debe sonreír cuando la tristeza es grande, cuando sucede algo que uno no soporta o entiende, cuando el motivo de la pena es grande, poco pueden hacer por nosotros las palabras de aliento.

Sin embargo, fíjate cómo has podido llegar hasta aquí, es decir, mira todo lo que has pasado, las dichas y las desdichas, todo te ha enseñado, te ha hecho ser lo que ahora eres.

Todas las cosas tienen un motivo para suceder, todas las cosas pueden enseñarnos algo que puede luego ser útil para ser mejores personas.

A propósito de este pensamiento, encontré entre mis papeles una historia que quisiera compartir contigo:


Las cosas no son siempre lo que parecen

Dos Ángeles viajeros se pararon para pasar la noche en el hogar de una familia muy adinerada. La familia era ruda y no quiso permitirle a los Ángeles que se quedaran en la habitación de huéspedes de la mansión.
En vez de ser así, a los Ángeles le dieron un espacio pequeño en el frío sótano de la casa. A medida que ellos preparaban sus camas en el duro piso, el Ángel más viejo vio un hueco en la pared y lo reparó.Cuando el Ángel más joven preguntó por qué, el Ángel más viejo le respondió: "Las cosas no siempre son lo que parecen."
La siguiente noche, el par de Ángeles vino a descansar en la casa de un señor y una señora, muy pobres, pero el señor y su esposa eran muy hospitalarios. Después de compartir la poca comida que la familia pobre tenía, la pareja le permitió a los Ángeles que durmieran en su cama donde ellos podrían tener una buena noche de descanso.
Cuando amaneció, al siguiente día, los Ángeles encontraron bañados en lágrimas al señor y a su esposa. La única vaca que tenían, cuya leche había sido su única entrada de dinero, yacía muerta en el campo. El Ángel más joven estaba furioso y preguntó al Ángel más viejo:
- ¿Cómo pudiste permitir que esto hubiera pasado? El primer hombre lo tenía todo, sin embargo tú lo ayudaste. La segunda familia tenía muy poco, pero estaba dispuesta a compartirlo todo, y tú permitiste que la vaca muriera.
- Las cosas no siempre son lo que parecen. - le replicó el Ángel más viejo.- Cuando estábamos en aquel sótano de la inmensa mansión, yo noté que había oro almacenado en aquel hueco de la pared. Debido a que el propietario estaba tan obsesionado con avaricia y no dispuesto a compartir su buena fortuna, yo sellé el hueco, de manera tal que nunca lo encontraría. Luego, anoche mientras dormíamos en la cama de la familia pobre, el ángel de la muerte vino en busca de la esposa del agricultor. Y yo le di a la vaca en su lugar. Las cosas no siempre son lo que parecen.


Todas las noches revisa tu situación, con calma, aun cuando puedas sentir abrumadora desesperanza en tu alma, indaga, busca el motivo que pueda estar detrás de esa pena, piensa en qué te puede estar enseñando. Lo mismo para los momentos de mayor alegría, hay un porqué para esa felicidad, también hay una enseñanza que transmite ese momento. Sí, amigo, en lugar de ver la vida como un eterno viaje de dolor, "es mejor verla como un constante aprendizaje".

Aprendamos la lección pronto para procurar siempre nuestra felicidad y la de aquellos a quienes tanto queremos.

Fuente: Motivalia

No hay comentarios: