Vigila tus PENSAMIENTOS, pues éstos se convierten en PALABRAS.
Vigila tus PALABRAS, pues éstas se convierten en ACCIONES.
Vigila tus ACCIONES, pues éstas se convierten en HÁBITOS.
Vigila tus HÁBITOS, pues éstos conforman tu CARÁCTER.
Vigila tu CARÁCTER, pues este se convierte en tu DESTINO.
Anónimo
25 diciembre 2011
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