Muerte en vida

El tiempo eterno ve nuestro micro tiempo existencial.., cuan UN aleteo de mariposa.


La casa está plagada de cienes de coquitos invernales.., su tiempo vida.., un día a lo sumo.

En invierno se propagan, nacen, crecen a la vida y mueren.., el resto del año duermen su hacer vida.

¿Qué son unas horas para nuestro vivir?.


Entre miles de miles de sueños del ETERNO.., nuestra vida es un sueño más..., solapado a otros.., que suceden tras uno y seguido de otro.

El de atrás pide su espacio velozmente.., creyendo su tiempo vida es eterno.., para pronto sentir otro atrás apurado pide su espacio..,

ahí descubre cuan efímero fue su pase vida.., para regresar de donde vino..,

la NADA.

Y ahí al despertar, pues dormido era su estado..,

llora su apuro existencial,
llora su no sentir,
llora su no emocionarse,
llora su ceguera,
llora su banalidad,
llora su soberbia,
llora su no amar,
llora su no reír,
llora sus amarguras,
llora sus nostalgias,
llora sus alegrías,
llora sus lágrimas,
llora sus dolores,
llora sus lentejuelas que adornaron su cuerpo,
llora no haberse expresado en un te quiero, en un te amo,
llora no haber dado un abrazo caluroso cuando el momento era,
llora la caricia dada,
llora la caricia no dada,
llora la caricia no recibida,
llora haber amado,
llora no amar,
llora no haber amado,
llora haber cerrado las puertas al amor,
llora no haber existido en su tiempo efímero que veloz vivió persiguiendo un espejismo en el desierto.

Ahí se pregunta...

¿VIVÍ para quién o para qué?.

Los humanos matan al niño consciente, despierto, alegre, vivaz, inquieto...

para dar vida al adulto dopado, lerdo, sin alma, sin sentir, banal, robot, preso.., no libre.., cargado de mil costales de papas a su espalda que encorvan su cerviz, que hacen arrastrar sus pies.

Pobre hombre adulto condenado a no ser humano, a no volar, a mantenerse preso dentro de los barrotes levantados por sus hermanos que igual presos comparten el mismo encierro, la misma NO vida, la misma cárcel.., sino la muerte en vida.