Reír es arriesgarse a parecer un loco.
Sollozar es arriesgarse a parecer sentimental.
Tenderla la mano a otro es correr el riesgo de comprometerse.
Exponer tus ideas y tus sueños ante los demás, es arriesgarte a perderlos.
Amar es arriesgarse a no ser correspondido.
Vivir es arriesgarse a morir.
Creer es arriesgarse a fracasar.
Pero debemos arriesgarnos, porque el mayor peligro en la vida es no arriesgar nada.
Quienes no arriesgan nada no hacen nada, no tienen nada, no son nada.
Tal vez eviten el sufrimiento y el dolor,
Pero no pueden aprender, sentir, crecer, amar ni vivir.
Son esclavos encadenados a sus actitudes; han perdido el derecho a la libertad.
Sólo quien arriesga es libre.
31 mayo 2012
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