Hoy me levanto otra
la de ayer duerme en la aquella orilla
tumba del despropósito.
Asumo que he muerto
que me entierro
que me pudro
abono la tierra
sudo labrándome sin agua a mi alcance
sin voz para gritar mi sed.
He plantado un árbol que no veré crecer
pero alguien dormirá a su sombra
si no edifican sobre mis huesos.
Descanso mi muerte
en la vereda donde
ya no me importa
si hay moras o gusanos.
Descanso el haragán ajeno
lo invisible de mi paso por la vida
el desamor del mundo
el abandono.
Descanso de mi yo
furiosamente, quemándome
rastrojo con la mirada velada
en el humo de mi fuego .
Sin dolor pese a no tener un Ganges
que me lleve a otros ríos
a la orilla de mi nada , me sirvo a mí misma
prendiendo el fuego de mi pira funeraria
y descanso.
Mabel Escribano
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