Los pensadores revolucionarios han investigado los mecanismos por medio de los cuales la ideología de la clase hegemónica en lo económico, también hegemoniza a la sociedad, o dicho de otra manera ¿Cómo la ideología de la clase dominante se hace dominante? ¿Cómo sus valores se hacen los valores de toda la sociedad? Conocer estos mecanismos es vital para la Revolución. Veamos.
La respuesta no es fácil, tiene muchas vertientes, sin embargo, una de las principales aristas de los mecanismos de dominación es la apropiación del conocimiento, de todo tipo de conocimiento, desde el cultural hasta el científico.
Son asombrosos los mecanismos que usa la clase dominante para que el dominado no arribe al conocimiento. Le niega el acceso a la información y también lo priva del deseo y la necesidad de conocer, lo desconecta del saber universal, lo conforma con el limitado conocimiento que proviene de la percepción de su entorno. Aquí cabe el pensamiento de Martí cuando advertía:
"Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el cielo, que van por el aire dormido engullendo mundos. Lo que quede de aldea en América ha de despertar."
Los socialdemócratas entre nosotros transformaron la ignorancia en virtud, consiguieron que los humildes se sintieran orgullosos de su ignorancia y despreciaran el conocimiento.
Es sabido que la población de Estados Unidos es de las más ignorantes del mundo, sin embargo, las clases dominantes, los capitalistas gringos acaparan el conocimiento mundial. Sus centros de investigación, sus tanques pensantes agrupan a los mejores cerebros mundiales.
Desde siempre las clases dominantes han entendido que el conocimiento es uno de los pilares de la dominación. Una clase dominante ignara, tiene sus días contados. Saben que el conocimiento, la cultura, es más importante que la represión. Aprendieron que sin tener control del alma de los pueblos, de su manera de ver el mundo, la represión es inútil.
Una Revolución debe desarrollar una alta estima por el conocimiento, prestigiar a los humanistas y a los científicos de la misma forma que lo hace con los deportistas y las reinas de belleza, sentirse orgullosos de sus pensadores, socializar su importancia, reivindicar su esfuerzo. Los centros de investigación deben ser templos de Revolución, el conocimiento, la ciencia, las humanidades y el arte deben alcanzar las fronteras del saber universal. Debemos trascender la aldea, poner la vista en las estrellas.
De no hacer esto estaremos condenados a ser súbditos de los grandes centros acaparadores de conocimiento, que, en el mejor de los casos, nos transferirán tecnología que cada vez envejece más rápido, nunca tendremos la ciencia que le da origen, siempre seremos dependientes de las clases dominantes.
¡Con Chávez!
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