Estar solo... requiere de mucha maduración emocional.
Es haber aprendido a estar con uno mismo en el tiempo todo para uno.
Pasar el tiempo haciendo o no... es decisión de uno.
El no hacer... es lo más difícil... pues obligado te encuentras con la soledad, con la vida misma. El cavileo surge en tu mente. Mil pensamientos te susuran. Pueden ser gratos o perturbadores. Uno decide como enfrentarse a ellos. Los débiles no se hallan, no saben que hacer, se agobian... buscan distraerse.
Solo que lo conseguirán por un rato... tarde o temprano... se vuelven a encontrar con la soledad, la cual deben enfrentar.
Quién le huye... comete un craso error... pues al no adentrarse en ella... no logra conocerla, entenderla, comprenderla. Solo la evade momentáneamente.
Monstruos llegan a la mente... que pueden llegar a alterar el estado emocional... y empujar a cometer cualquier locura.
¿Cómo se doma un caballo brioso?
Simple, armandose de valor para montarlo.
Así con los monstruos emocionales... se deben enfrentar, adentrarse en ellos. Vences o te matan.
Los estados emocionales no son permanentes... vienen y van. Lo esencial es no quedarse pegado en ellos... dejar que circulen... con ello se madura.
Valmore Vivas
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