El humano vive en un laberinto.
Sumergido en él desde su nacer pasa toda su vida buscando el camino lo lleve a la SALIDA.
Nunca lo encontrará, pero ello le ocupará todo su existir.
Así en su recorrido anda buscando a cualquiera le pueda señalar el camino.
A quién se ofrece... a él se pega. Lo lleva por mil caminos, la SALIDA no la encuentran. El que se ofreció también anda buscando el camino pero para no ir solo... se ofrece a otros como GUÍA. De sus acompañantes se aprovecha al máximo.
Unos se dan cuenta el GUÍA igual anda perdido. Lo abandonan y siguen en su búsqueda interminable.
Mientras, sus cuerpos se van desgastando y terminan muertos dentro del laberinto. Nunca encontraron el camino, anduvieron yendo y viniendo de un lado a otro... topándose de vez en cuando con andantes a la deriva, sin sentido ni rumbo.
Valmore Vivas
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