Reencontrarse a uno mismo

La batalla más grande uno tiene en este vivir es REENCONTRARSE a uno mismo, pues uno al nacer es uno mismo, pero a medida uno va creciendo sacan de uno el SER para irlo convirtiendo en un cascarón vacío, enclaustrado en un cuchutril con mil barrotes de temores, dogmas, tabúes, prejuicios, valores, principios, que aparte de cortar tus alas, limitan, norman tu vivir, tu existir, tu horizonte, tu luz, tu alegría, tu amar, tu risa, tu sentir, tus emociones. Te sumen a una vida... muerta, inerte, estática, robótica.

Aún de niño uno es uno con el todo, con la vida. Uno juguetea de alegría, de asombro ante todo lo que la vida le va dando, le va mostrando.

Nuestra vista clara ve todo maravilloso, nítido, bello, lindo. Son los ojos del alma sencilla, simple que comulga con la sencillez, simpleza de la vida.

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