No esperes nada del otro, pues por muy afines sean, nunca el otro sabrá tus deseos, tus sentires, tus emociones.
Esto es motivo de muchos desencuentros de seres.
Los adivinos no existen.
El otro llegará a tu ser sólo si tú abres tus deseos, tus sentires, tus emociones.
Vencer el expresarnos es la lucha a ganar.
Es vencer prejuicios, tabúes, dogmas inculcados.
Es derribar muros mentales construidos.
Es darse uno como ser total al otro, sin temer, buscando sentir, buscando la escultora que lo esculpa a uno a nuestro gusto.
De no hacerlo, de anhelos se vivirá, sin derecho a quejarse.
Será nuestra culpa padecer de frustraciones de deseos.
Valmore
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