Si pudiésemos darnos cuenta de lo efímera que es nuestra vida quizás pensaríamos dos veces antes de desperdiciar las oportunidades que tenemos de ser y hacer felices a los demás.
Nos entristecemos por cosas pequeñas, perdemos minutos y horas preciosas
Perdemos días, a veces años.
No podemos adivinar cuánto tiempo estaremos aquí y nos descuidamos de nosotros y de los demás.
Callamos cuando deberíamos hablar.
Hablamos demasiado cuando deberíamos estar en silencio.
No damos el abrazo que nuestra alma tanto pide porque algo nos impide esa aproximación.
No damos un beso cariñoso porque no estamos acostumbrados a ellos
No decimos cuánto amamos, porque creemos que el otro sabe automáticamente lo que sentimos.
Y pasa la noche y llega el día
El sol nace y se adormece
Y
continuamos encerrados en nosotros mismos.
Reclamamos que no tenemos tiempo suficiente
Pedimos a los demás, a la vida
Nos consumimos.
Y el tiempo pasa.
Pasa la vida sintiendo que no vivimos.
Sobrevivimos, pues no sabemos hacer otra cosa, hasta que, inesperadamente, nos levantamos, miramos hacia atrás, y nos preguntamos:
¿y ahora?
Hoy
Ahora
Aún es tiempo de reconstruir, de dar ese abrazo que tanto quisimos, de pronunciar una palabra cariñosa.
Nunca se es demasiado viejo o demasiado joven para amar desde el fondo del corazón
Sin mirar hacia atrás
Lo que pasó, pasó
Lo que se perdió, se perdió
Miraremos hacia adelante
Aún es tiempo de apreciar las flores, enteras están en torno nuestro.
Aún es tiempo de vivir la alegría y el amor intensamente.
Nos volveremos hacia Dios
Agradeceremos por "La VIDA" que, aunque efímera, aún está en nosotros.
Desconozco el autor
06 marzo 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario