Lo sabemos: El advenimiento del Proceso Bolivariano, ha profundizado un fenómeno de "irrupción popular" en los designios políticos que le corresponden al pueblo, porque como debe ser, se le está devolviendo la soberanía al verdadero dueño. Esta realidad sociopolítica, se expresa concretamente en la maduración de una conciencia social sobre como debe ser la presencia, cuál debe ser el mensaje y la intención de un verdadero líder nacional, con todo el peso de las letras. Esta fisonomia del liderazgo, ya no es exclusiva de los sesudos analistas, sino que ya forma parte de un poderoso imaginario colectivo, pues el venezolano de a pie está clarito, sólo con verlo hablar y gesticular unos cuantos minutos, si el tipo es un lider o un producto de laboratorios mediáticos "a lo Obama". Si tiene o no en la bola, para decirlo en argot de beisbol.
Esta sabiduría popular le pasó la primera gran factura al candidato HENRIQUE CAPRILES, en una improvisada y aparatosa rueda de prensa, transmitida el lunes 26 de marzo (día de aquel histórico terremoto que en 1812 significó un desastre para las filas patriotas y facilitó la caída de la Primera República) por su verdadero comando de campaña, Globovisión. En cuanto al escenario, no podía faltar el backing con el slogan religioso, una escenografía mínima con ausencia de aire acondicionado incluida, lo cual no ayudó a un candidato que en todo momento se vio acartonado e inseguro, naufragando entre el sudor, el pañuelo y la incoherencia, pasando de una mano a otra las hojas que nunca leyó y la pluma fuente, cuya tapa abría y cerraba para pasar el trago amargo de la gran verdad: nada que decir como candidato presidencial, después de cinco minutos.
Lo cumbre es que los periodistas prepararon las preguntas mas bombitas que se pueda imaginar, así como suena, bombitas. Aún así, CAPRILES, desordenado y desatinado, jamas respondió preguntas concretas como que iba hacer para traer más seguridad o si iba a asumir la resposnabilidad de las muertes en el estado que supuestamente gobierna. En su momento de mayor lucidez (lo tuvo), se atrevió a proponer un sistema al estilo FINLANDIA y citó su alto nivel de desarrollo (cualquier chico de bachillerato sabe ésto y lo baja de internet para su tarea) pero no explicó cual es el presupuesto que destinará a la educación y al empleo, sus famosas y originales propuestas para combatir la inseguridad. Descubrió el agua tibia al anunciar que un policía en Canadá gana más que en Venezuela. Cuanta sabiduría. Ya agobiado por el calor, apeló a decir frases como "Caracas no es Venezuela" y sentencias filosóficas por el estilo. Que inseguro se siente CAPRILES cuando no hay una pregunta bombita de esas que él estudia tres dias antes de la rueda de prensa o la entrevista, cuando reina el silencio y sólo él tiene que hablar, ¡Mi madre, que desafío!, no hay posibilidades de repetir mecanicamente "hay un camino" o " el futuro esta por llegar".
En cuanto al contenido, cabe reconocer que en algún momento pareció una rueda de prensa: el candidato arrancó con palabras bien ensayadas, fustigó como todo opositor al gobierno, habló de inseguridad y violencia, de sus supuestas giras visitando casa por casa, vinculó al Ejecutivo Nacional con grupos irregulares (ELN en especifico) y hasta aderezó el discurso con una especie de posición corporal frontal acompañada de movimientos centrados de brazos y manos (el ABC pues del orador convincente), luciendo una chaqueta verde casi oliva con rayas rectangulares, tal vez buscando proyectar la idea de "estabilidad", y otros detalles propios de sus asesores...
...pero conforme se desarrolló la ronda de preguntas bombitas de los periodistas, conforme pasaron los minutos, poco a poco, la mascarada propia de quien finge, fue cediendo y el auténtico CAPRILES quedó al descubierto: sudoroso, pálido, luchando contra una especie de inquietud corporal, fue ladeando el cuerpo hacia su mano derecha y perdió el ritmo ensayado del principio. Lo mejor de todo, lanzó la amenaza muy poco velada de que si llega a Presidente, eliminará el sistema nacional de medios públicos. La guinda de la torta.
Partiendo de la tesis de que el referido candidato quiso dar su mejor esfuerzo, ¿Quién puede estar detrás de esta desastrosa rueda de prensa? ¿A quién dentro de la oposición puede interesarle que CAPRILES se muestre tal cuál es y pierda así los escasos puntos que con tanto esfuerzo, dinero y magia electoral le consiguio la MUD? Magia porque se requieren magos como AVELEDO y ALLUP para que aperezcan tres millones de votos de un universo donde sólo participaron un millón doscientos mil votantes, pero esa es otra historia. Lo que importa quizá sea que en este instante, se están purgando fantasmas en la sacrosanta MUD, la que ahora le reclama a CAPRILES y su combo más cercano (BRIQUET y compañía) que sus bajos números de intención de voto, su discurso que no inspira y su candidatura estancada, pudiera estar arrastrando al fondo a la infalible MUD, "la institucionalidad democrática" que tanto ha costado construir. Nada menos y nada más que la MUD cuyo Secretario Ejecutivo daba una rueda de prensa a la misma hora que CAPRILES, nada de Comando Tricolor y a diferencia del candidato, con periodistas claramente identificados por sus televisoras. ¿Asoman las fracturas que tanto maquillaje costaron en las primarias? ¿Rondan los fantasmas de Irene Saéz y Alfaro Ucero? Cuidado con la cuaresma.
Quizá la sacrosanta MUD, esa extraña franquicia multinegocios cuyos dueños parecen por fin decir "ésto es lo quiero", alarmada por los bajos números de CAPRILES frente al Presidente CHÁVEZ (quien apenas calienta el brazo en el bullpen), resolvió empujar al candidato opositor a "entrompar" con todo al Presidente candidato para ver si levanta, lo obligó practicamente a espelucarse y a demostrar que él no es un candidato de cartón, que no llego allí por componendas ni arreglos empresariales (¡No chico!), que él también puede ser recio y viril como Chávez. Y luego vino el desastre de aquella rueda de nervios que llamaron rueda de prensa. Ud lo vio por Globovisión.
Los venezolanos, después del día 26 de marzo, tienen ahora un variado menú de incongruencias de dónde escoger: plato del día: CAPRILES pierde terreno, fractura inminente en la MUD, y asoma un tercer candidato (si usted ve a un SALAS ROMER, un RAMON GUILLERMO AVELEDO, y hasta un RAMOS ALLUP, asomar su cabeza por allí, no está soñando, es que aún la vida continúa; segundo plato: CAPRILES insiste en inmolarse compitiendo con casi treinta puntos de desventaja frente a CHÁVEZ y que para acumular fuerzas por que él es joven, la MUD implosiona, escenarios de violencia propiciados por el Departamento de Estado para justificar un Pro Cónsul (un SALAS ROMER a falta de LEOPOLDOS); entremeces: ¿Cómo puede salir la MUD de su entrampado al tener que decirle a sus seguidores que el candidato "escogido" en rocambolescas primarias, aquel Super Domingo donde se desafiaron las leyes de la física cuántica y la cuantía, el candidato cuyas conexiones transnacionales auguraba una plena sincronía de las oligarquías nacionales con sus jefes en el exterior, no es lo que se esperaba? Pequeño detalle, sólo olvidaron medir si el hombre es capaz de interpretar y sentir como un verdadero líder a su pueblo. A la infalible MUD se le pasó el ligero detalle de que el candidato debe tener un proyecto creíble, dotes de líder y carisma para llegar a los venezolanos. Resulta que CAPRILES no tiene nada de lo anterior y que no levanta entusiasmo en la gente. Es grave, en verdad no mienten los tipos: la MUD se juega su capital, en dólares, y CAPRILES no es la garantía, pues tiene un pequeño problema político para quien aspira a ser Presidente: carece de liderazgo nacional, eso sin entrar en sus carencias de orador y su ignorancia como estadista. Cositas así.
Lo sabemos: Nadie engañará a un pueblo que ha elevado sus niveles de conciencia, su madurez política y que por eso sabe perfectamente quién es un líder de verdad y quien juega a disfrazarse de estadista y ofrecer lo que ya un gobierno está ejecutando.
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