La bestia capitalista se mueve siempre tras máscaras. Debe hacerlo porque es el mayor estafador y los embusteros necesitan disfraz, si se evidencian perecen. Se podría decir que la lucha contra el capitalismo es la lucha por quitarle la máscara. Veamos.
El capitalismo se sustenta sobre la explotación de la sociedad que trabaja, y el engaño a la sociedad que consume. Se apropia del trabajo ajeno, lo transforma en capital que acumula y crea necesidades artificiales para inducir un consumo patológico. Siendo esta su base, todo el capitalismo es un engaño, un disfraz.
Su candidato, capriles, su campaña, no podía ser de otra manera, es un fraude, todas sus acciones son mascaradas, su defensa del capitalismo lo obliga al timo, a la truhanería.
Ahora aparecen como defensores de la ecología, su desfachatez alarma pero no extraña. Ellos, serviles de Washington, paladines del capitalismo, hablando de defensa de la ecología ¡qué descaro!
Comencemos invocando al Fidel asediado por el imperio, su país bloqueado, su embajada asediada por el candidato capitalista, a Fidel no le perdonan su posición digna de enfrentamiento al desastre ecológico que ellos representan.
Fidel, en la conferencia de Río hace 20 años, advirtió: "Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Ahora tomamos conciencia de este problema cuando casi es tarde para impedirlo. Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente".
Este sistema que nos conduce a la extinción, es el sistema que defiende el candidato-embustero capriles. Ahora aparecen como campeones del ecologismo y piden análisis de aguas, y otras evasivas más.
Deberíamos tomarles la palabra, pero ir más allá: examinemos, por ejemplo, los colorantes de los alimentos, el daño a la salud que ocasionan los refrescos, la pepsi y la cocacola, revisemos los productos de las grandes fábricas de alimentos como la Polar. Repensemos , reflexionemos sobre la manera de vivir que nos impone el capitalismo.
En resumen, hagamos un gran juicio, llevemos a un tribunal de la humanidad al capitalismo, acusémoslo de crímenes de lesa vida, de llevar al mundo a guerras de extinción, de invadir y de la amenaza de guerra atómica que ellos son.
La Revolución intenta resolver el problema ecológico que sufre la humanidad yendo a la raíz y, como decía Marx, la raíz es el hombre. El Socialismo resuelve el problema ecológico en sus orígenes, modificando las relaciones de los humanos entre sí y de estos con la naturaleza. Sólo así preservaremos a la naturaleza y resolveremos las angustias de la existencia humana, rescataremos la vida solidaria, amorosa, daremos concreción al sueño del Cristo antiimperialista, revolucionario, socialista, así no le guste al candidato-embustero, que prefiere confinarlo a donde no pueda predicar el "amaos los unos a los otros", la base del Socialismo.
Quien pretenda resolver el problema ecológico desde el capitalismo es un embustero...
¡Con Chávez Siempre!
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