Generalmente a nadie le gusta discutir. Pelear con otras personas es un derroche de energía que se puede evitar si se pone un poco de empeño.
Discutir no tiene que acabar necesariamente en una pelea. El que dos personas tengan opiniones distintas no es algo negativo. Al contrario, puede ser muy enriquecedor conocer la forma de pensar de los demás sobre un mismo tema.
Las personas no son iguales y es natural que se tengan visiones distintas de una misma realidad. Saber aceptar y respetar las opiniones de los demás es primordial para lograr un estado de ánimo óptimo.
La energía negativa que se genera en una discusión provoca malestar y no aporta ningún beneficio ni a la mente ni al espíritu. "Una discusión prolongada es un laberinto en el que la verdad se pierde siempre", dijo Lucio Anneo Séneca.
Reglas para no discutir
Verse envuelto en una discusión donde la otra persona se exalta para intentar demostrar que tiene la razón es una situación que puede llegar a transformarse en una conversación saludable. Sólo hay que seguir unas sencillas reglas:
1. Si no se puede mantener un tono cordial, es mejor estar dispuesto a callar aunque se crea que se tiene la razón. Callar no significa "perder"
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