Todos los miserables, todos los pobres de esta Orbe con su estómago pegado al costillal miran en noches de estrellas, en noches de luna llena, en noches oscuras hacia el infinito esperando un aliento de llegada de su Redentor, de su Salvador. NUNCA llega, los viles se encargan de que nunca encuentre el camino del poblado misero, del poblado pobre.
Y sí logra llegar, los viles se encargan de mostrarlo como Satanás.
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