Un cholo, roba un pedazo de pan para sobrevivir la miseria en la cual el sistema mercantil lo condena, enseguida sabuesos corren tras él para atraparlo en cualquier hueco y sí resiste defendiendose al estar acorralo cuan liebre, sin piedad lo aniquilan.
La "sociedad" aplaude la justicia "hecha". Sí lo apresan, rápido es condenado, enclaustrado en los antros de cárceles, escuelas de delito.
Rosales ladrón de mil riquezas de TODOS, creador del cholo, creador de miseria, creador de muerte lenta es delatado, descubierto y salen mil sabuesos para protegerlo, esconderlo.
La "sociedad" untada de la misma grasa corre a poner la venda a la justicia, a cegarla.
La "sociedad" cómplice, llena de poder económico, político, mediatico lo victimiza, lo califica de perseguido político para junto a Rosales no ser descubiertos, no ser juzgados por sus saqueos al erario nacional, al dinero de TODOS.
Lo amoral es ver como los no untados, pero disociados para distinguir lo bueno, lo malo incautos apoyan la victimización a Rosales, sin darse cuenta apoyan el delito del saqueo eterno a la Nación, el saqueo a ellos, a su familia.
La doble moral sale a la luz, el doble discurso... Los saqueadores mientras no son tocados gritan a todos los vientos "combate a la corrupción, cárcel a los corruptos"... Pero baste a ellos los toquen y enseguida reculan, enseguida cuan caimanes del mismo charco se unen para satanizar al señalador.
Pero no sólo en lo interno del País sale la cofradía a defender su caiman, sino que la cofradía externa se une al clan de caimanes.
Así vemos, como un Perú, gobernado por un caiman, corriendo da asilo al corrupto, al ladrón Rosales, violando convenios entre países de combate a la corrupción.
Por esto, combatir la corrupción es muy difícil, pues es instrumento de acumulación de riqueza del sistema imperante para pocos.
Será en el cielo donde no impere la corrupción, pues aquí en la tierra es como el aire.
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