La otra puerta
Siempre... un no se que... nos cosquillea en la boca del estómago por cruzar la otra puerta.
Ella al principio la vemos lejana... esa lejanía nos motiva a querer acercarnos a ella.
Caminamos unas veces. Corremos otras veces. A ella queremos llegar.
De pronto llegamos. Nos recorre un hilo frío por la columna, desde la cabeza a los pies. Es lo desconocido que lo alienta.
Abrirla y entrar al cuarto oculto... nos tiembla la mano en su manilla.
Un aliento de valor nos impulsa... un aliento de curiosidad a descubrir lo nuevo.
La abrimos. Nos asomamos. Un halo interno del cuarto nos hala. Soltamos la puerta. Se cierra tras nosotros herméticamente. Regresar ya no es posible.
El cuarto se abre todo a nuestro descubrir.
Valmore Vivas
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