Iba en una buseta, un niño, 3 años, fastidiaba a su mamá, para sacar un juguete de su cartera.
Ella le decía:
- No.
Él insistía.
La mamá le dió una palmada.
Él lloró.
Dejó de molestar.
Al instante calmó su llanto.
Él empezó a jugar con la cartera.
La mamá le siguió el juego.
El niño ahí empezó a reír, OLVIDÓ la palmada, el llanto.
Lo inundó de nuevo la ALEGRÍA.
Valmore
20 octubre 2012
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