Quizás si…
Una vez más comprendí hasta qué punto la felicidad terrenal está hecha a la medida del hombre.
No es un ave rara a la que debemos perseguir un momento en el cielo y al siguiente en nuestra mente.
La felicidad es un ave doméstica que se encuentra en el patio de nuestra propia casa.
Quizás si…
Agregamos un toque de amor a las cosas que hacemos o decimos, trayendo gozo a aquellos que nos rodean con una simple sonrisa.
Quizás si reconociéramos a la gente que nos encontramos en una tienda, o en el cine, o en cualquier lugar, como una parte nuestra, sin tensiones ni recelos, con sentimiento de Paz y de Armonía.
Quizás si cada día hacemos un esfuerzo por ser mejores, más cuidadosos y agradables, entenderíamos que podemos así hacer un mundo mejor.
Quizás si nos maravillamos con la diminuta semilla, que al ser plantada en el suelo crece hasta asombrarnos con su belleza. Y ver que en las pequeñas cosas que llenan la tierra, está el milagro más grande del mundo.
Cada flor, cada árbol, cada niño, son pruebas más allá de toda duda, de un poder más grande que nosotros. Las altas montañas, el viento que sopla, los alimentos que nos da la tierra…
Quizás si entendiéramos esos pequeños milagros nos daríamos cuenta que la felicidad es algo que creamos en nuestras mentes, que nada tiene que ver con lo que hay "afuera".
Es simplemente despertar y comenzar el día contando nuestras bendiciones y elevando los ojos al cielo.
Es dejar de estar constantemente deseando lo que "nos falta" y hacer lo mejor de lo que si tenemos.
Porque rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita.
Porque es poniendo nuestra parte en lo que la vida nos da, que podemos encontrar contento, y felicidad también.
Quizás si… después de todo, el milagro existe!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario