El abismo:
Final de un sendero...
inevitable.
La vida nos ubica en una gran ensenada con un largo camino para ir al abismo.
Obligados,
debemos caminar,
sin poder parar.
Al inicio,
el camino es "infinito".
A medida avanzamos,
se va haciendo finito.
Así,
de pronto,
el abismo a nuestro último paso...
está...,
inevitable.
Reímos o lloramos,
cuando lo damos
y el abismo abre sus brazos para recibirnos.
Valmore
23 octubre 2012
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