Una jauria de hienas hambrientas aisla a una joven cervatina.
Por todos lados la atacan las hienas a la cervantina. La muerden, la hieren, la desgaran. La indefensa cervantina gime, grita del dolor, del sufrir... hasta que su cuerpo débil colapsa, siendo rescatada por la benévola muerte, premiándola con un fuerte abrazo, beso.
Las hienas agradecen a la muerte... le dan gracias... empieza su banquete, su deleite, su saciar el hambre.
¿Las hienas son crueles, son viles?
04 julio 2009
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