Los paradigmas de nuestro existir, inoculados desde nuestra niñez, son muros mentales que encarcelan nuestro pensar, nuestro actuar.
Son los muros que nos guían por un único túnel. Son como guindas en ojos de corcel que no nos permite ver a los lados.
Son cadenas mentales, cuan grilletes guindados a nuestros tobillos, que nos limitan nuestro horizonte de vida, nuestro caminar.
Cuan quistes son difíciles de extirpar.. da temor romperlos, saltarlos.. pero quienes lo han hecho, han logrado que la humanidad avance en su eterna búsqueda.
18 julio 2009
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