05 junio 2022

Reflexión 2083

Carro viejo

Destartalado el dueño aún lo conduce por carreteras. El dueño... con él también envejeció... no igual... pero envejeció.

Llegan a la memoria del carro... cuando nuevo de agencia el dueño lo compró.

Lucía pulcro, brillante, su latoneria impecable... igual sus asientos, accesorios, motor. 

El dueño orgulloso... a su vecindario llegó con su carro nuevo. La familia contenta... tendrían en donde pasear. Los vecinos lo felicitaron con un dejo recóndito de envidia.

El carro contento con su hermosura, equipamiento. Contento pues iba a cumplir una función útil al dueño, su familia.

Al principio el dueño lo cuidaba... limpiaba, pulia... llevaba al mecánico a su rutina de mantenimiento.

El tiempo trascurria... el carro diario iba y venia a muchas partes, unas veces corto, otras largo.

Poco a poco el carro fue sintiendo su uso... poco a poco se iba deteriorando su carrocería, asientos, accesorios, motor.

El mantenimiento ayudaba a conservarlo... pero el uso continuo, sin parar, iba haciendo mella en el carro.

Ya destartalado... de vaina... andaba. Todo le sonaba. Parecia se iba a desarmar en cualquier momento.

El día llegó... el dueño... con dolor lo vendió a la chatarrería.

El carro se despidió orgulloso de haber sido útil por un largo tiempo a su dueño... que ya con unos años encima no era el juvenil que al carro nuevo compró.

Moraleja

El carro al dueño le fue útil mientras operativo estuvo. Deteriorado a la chatarrería fue a parar... para ser nada.

Valmore Vivas 

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