06 enero 2024

Reflexión 2648

El cuarto cerrado

Desde la niñez, todos tenían prohibido entrar al cuarto cerrado.

Era orden del padre... inviolable.

¿Qué había dentro, qué ocultaba? Nadie lo sabía. Sólo el padre.

Los niños con miedo, terror se criaron, crecieron hacia el cuarto cerrado estaba. Todo un misterio era.

Los niños crecieron... con ello la curiosidad igual crecía, pero el temor inculcado prevalecia en ellos.

Siempre sale entre los hermanos uno más atrevido, valiente. Un día, aprovechando el padre estaba afuera, la madre ocupada en sus quehaceres, sus hermanos jugando afuera... se atrevió a abrir la puerta del cuarto, temblaba, pero a él se metió, encendió la luz. Quedó maravillado. El cuarto era esplendoroso, pulcro, lujoso, cómodo.

¿Por qué lo ocultaba el padre?

Por puro egoísmo. Mantenía a la familia viviendo en lo justo necesario, en la miseria.

Era un padre que el buen vivir solo era para él, no para su familia.

Un día el padre murió. Se enterró en la miseria, sin lápida. 

Ya todos en casa, el hijo atrevido, convido a todos a abrir el cuarto. Todos temerosos no se atrevían. Él los motivó a no tener miedo. Al abrir la puerta... todos quedaron boquiabiertos con las maravillas vieron. 

Se acabó la miseria en la casa.

Valmore Vivas

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