Observo el vivir del gato.
Solo se dedica a vivir cada día... con cierta rutina que sigue diario. Adaptándose a las pequeñas variantes el entorno le va presentando.
Ni pendiente del ayer, ni del mañana.
Solo vive cada hoy, haciendo lo que debe hacer.
El hombre debería hacer lo mismo, vivir su cada hoy como se le va presentando.
Claro, el hombre tiene la capacidad de soñar, planificar, acometer. Bien.
Dedicarse al hacer corresponde a cada hoy. Simple.
Con ello va edificando castillos. Unos logrará terminar, otros llegará a la mitad y algunos no comenzará.
¿Por qué?
Simple, la muerte lo visitó y se truncó su existir, vivir. Le dice: Hasta aquí llegó tu andar. ¿Lo disfrutaste o lo malgastastes? El hombre responderá con cara satisfecha o triste.
Valmore Vivas
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