Reflexión 938
Lloriqueos
No solucionan nada. Es con trabajo tesonero que se soluciona. Es enterrando a los muertos y los vivos seguir trabajando. Es reconociendo el mal actuar y corregir. Es claudicar el orgullo y enaltecer la humildad.
Alemania y Japón... inflados de orgullo, soberbia, prepotencia pretendieron en la II Guerra Mundial imponerse a la fuerza a toda la Humanidad, Pueblos. Se creyeron los elegidos, los súper hombres sobre otros.
Destrucción, matazones produjeron... de su lado, del lado adversario.
No pudieron contra los adversarios. Fueron derrotados. Sus ciudades destruidas. Muchos de sus pueblos heridos, matados.
Les hicieron morder el polvo. Doblegados... claudicado su orgullo... brotó su humildad.
Ante la derrota... no se sentaron a lloriquear. Asumieron sus responsabilidades. Desde las cenizas empezaron a sembrar con voluntad, tesón, paciencia, constancia el renacer.
Después de un largo aliento de penuria, sacrificio surgieron como pueblos victoriosos ante las dificultades.
Errar se puede. De él se aprende para ser mejor.
Caer a un foso es posible. Salir de él es la victoria. Quedarse es morir.
Valmore Vivas
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