Reflexión 926
El globo
Estaba en la caja desinflado con otros más.
De pronto sintió los dedos de una mano lo tocaba, lo agarraba. Se alegró. Seguro inflado sería.
Efectivamente, el humano lo tomó, empezó a inflarlo más y más... hasta que paró... y amarró la entrada de aire.
El globo inflado quedó. Amarrado con un cordel, sujeto a la mano del humano, el globo se elevó. La brisa de un lado a otro lo llevaba.
El globo contento estaba. Gritaba de alegría. Se burlaba de los globos desinflados en la caja se quedaron.
Que alegría inmensa sentía... entre los muchos el logró inflarse, al cielo volar.
El colorido del globo en el cielo moviéndose de un lado a otro... a un pájaro le llamó la atención, un intruso acechador vió en él. En picada, caída libre con su pico hecho lanza hacía el globo se lanzó.
Una explosión se oyó. El globo explotó. Mil pedazos esparcidos quedó.
Corolario
Quién se infla, infla, infla sin parar... vacío creará... cubierto de piel frágil... que apenas la punta de un alfiler... explotará.
No te Ufanes ante los demás... sin ser consciente de tu fragilidad.
Valmore Vivas
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