"Un guerrero japonés fue apresado por sus enemigos y encerrado en un calabozo.
Aquella noche no podía conciliar el sueño, porque estaba convencido de que a la mañana siguiente habrían de torturarle cruelmente.
Entonces recordó las palabras de su maestro zen:
"El mañana no es real. La única realidad es el presente".
De modo que volvió al presente
y se quedó profundamente dormido".
17 noviembre 2011
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