11 agosto 2020

Reflexión 558

Reflexión 558

La degustación

Llegas a un restaurant de primera con tu pareja. Estás enamorado.

Dentro del restaurant todo es lujo, mesoneros por doquier, ambiente musical en vivo.

Al entrar te recibe el capitán de mesoneros, te muestra la distribución de mesas para escoger donde sentarse.

Con tu pareja vas hacia una. Se sientan. El capitán ofrece las especialidades del día. Pero antes un buen vino.

Traen el vino. Es descorchado, servido. Salud se desea.

Luego se escoge el menú a comer.

Se retira el capitán. Entre contemplar, hablar con tu pareja... oír, ver los músicos tocaban... el vino se va tomando.

Traen el primer plato, el segundo, el postre... lo comes charlando, viendo y oyendo los músicos.

Terminado el menú... se pide la cuenta... se cancela. El capitán les da las gracias, los acompaña a la salida.

¿Degustaron la comida?

No.

Los distractores apartaron el placer de saborear, degustar la comida exquisita el chef se había esmerado en cocinar.

La vida es la comida. El tiempo es la estadía en el restaurant. Los distractores son los mesoneros, músicos, ambiente decorado, la pareja.

La vida... las personas no la degustan por los distractores siempre tienen para ocupar el tiempo.

Valmore Vivas 

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