De niños, nos dedicamos a jugar, a asombrarnos ante lo nuevo, a empezar a cumplir deberes de la casa y escuela.
De adolescente, entra la rebeldía del niño al joven... de querer ir soltando la tutela de los padres. Empezamos a soñar con el futuro.
De joven, superamos al adolescente rebelde, nos empezamos a asentar, a tomar más en serio el futuro, empezando a saber que se logra con esfuerzo, no que cae del cielo.
De adulto dejamos al joven, ya más aplomado andamos, más serios en nuestras responsabilidades.
De maduro ya hemos concretado muchos sueños. Aprendimos el esfuerzo da frutos.
De viejo la sabiduría empieza a aflorar producto de las mil vivencias hemos tenido.
De anciano... solo vemos todo lo vivido, sentido. Nos preparamos para decir adiós a la VIDA dada y vivida.
Valmore Vivas
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