Reflexión 899
La tormenta
Desde la lejanía... algunos... visualizan el cielo gris, relámpagos, rayos, lluvia caer... todo envuelto en un gran huracán que arrasa con todo a su paso. Techos, carros, árboles, animales, personas se elevan absorbidos por el torbellino.
Calmados, serenos observan. Imploran con su mente a los que padecen las inclemencias, en medio de la tormenta, mantengan la calma.
La lejanía se hizo cerca. Una brisa fresca llega a los algunos. La brisa ligera se empezó a ser fuerte, las gotas lluvia recia.
Ya encima el huracán les llegó. La calma de observador cesó. Los gritos, alaridos, desespero los invadió. No hallaban donde esconderse, protegerse. El torbellino los engulló, elevó.
Corolario
Quién no padece las inclemencias fácil le es pedir calma a otros que si las padecen.
Valmore Vivas
No hay comentarios:
Publicar un comentario