Reflexión 446
Alegoría a la VIDA
Un día, a una hora somos el dolor de nuestra madre: momento de nacer.
El grito, llanto de nuestra madre lo antecede.
El sopor, alivio, risa de nuestra madre lo sucede.
Un llanto... y el soplo de la VIDA TERRENAL entra en nuestro ser, cuerpo.
Se inicia nuestra VIDA TERRENAL... con un propósito, una meta.
Para el propósito poco a poco se nos irán dando los instrumentos necesarios.
La meta: la muerte un día, una hora nos visitará.
Momento de dejar TODO lo dado y sin nada a otra VIDA DESCONOCIDA naceremos.
La muerte será nuestra Madre Paridora.
El aliento VIDA será de la VIDA DESCONOCIDA.
Ya en esa otra vida no hay retorno, así como al recibir nuestro soplo de VIDA TERRENAL no hay retorno a la VIDA UTERINA.
Valmore Vivas
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