la vida nace,
la vida desaparece.
De niño el horizonte es lejano.
De joven el horizonte aún se ve lejano.
De maduro se vislumbra un acábose.
De viejo el acábose está cerca.
De anciano el acábose está en la nariz.
La dicha es el caminar,
no la meta.
La vida es cada instante.
Unos consumen su tiempo
en hacer, hacer,
en ocuparse, ocuparse,
no hay tiempo para su encuentro.
Su encuentro es un monstruo,
que le da pavor, miedo.
Rehuir a él
es su fin.
Unos andan en la vida
corriendo, persiguiendo
cuan presa en canódromo.
Corren, corren,
no paran, no se detienen,
pero el tiempo los para,
ahí sin aliento, sin fuerza,
sin vigor, sin vitalidad
lloran... al mirar atrás
lo dejado, lo andado
pero NO SENTIDO...!!
Valmore Vivas
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