23 febrero 2012

Los siete principios. Por André Vermeulen

1. Estimúlese físicamente. Muévase.

Baile, haga ejercicio aeróbico, nade, juegue al tenis, al fútbol.
Haga ejercicios de lateralidad, por ejemplo, con la mano izquierda
toque su oreja derecha y con la mano derecha toque su nariz.
Ahora al revés, y repítalo varias veces hasta dominarlo.

2. Tome ocho vasos de agua.

De acuerdo con los expertos, esto no es opcional, es obligatorio
si queremos que nuestro cerebro funcione de una manera óptima.
Y si estamos estresados, debemos aumentar a 16 vasos de agua al día.
El 90 por ciento del volumen de nuestro cerebro está compuesto
por agua y es el principal vehículo de las transmisiones
electroquímicas.

3. Oxigénese.

Haga ejercicio, salga al campo. Antes de una junta importante
o de un trabajo que necesite concentración respire hondo.
Respire en 4 tiempos, sostenga el aire en 16 y exhale en 8.
El doctor Otto Warburg, Premio Nobel de Fisiología, hizo
un experimento en el cual logró convertir células sanas
en malignas, a través del sencillo procedimiento de reducirles
el oxígeno. Rodéese de plantas.
¿Sabía que una sola planta puede remover partículas contaminantes
del aire en un espacio de 9 metros cuadrados?
Las plantas aumentan la ionización negativa del aire y lo cargan
de oxígeno, aumentando nuestra productividad en un 10%.
Algunas plantas como las dársenas han probado ser de las mejores
para esto.

4. Consuma alimentos para el cerebro.

Al cerebro le conviene que comamos cinco porciones de fruta
y verduras al día, semillas, nueces, ajo, granos completos,
champiñones, aceites prensados en frío y proteínas.
El pescado literalmente genera la construcción de nuevas neurocélulas.

5. Piense positivamente.

Los pensamientos negativos generan químicos que bloquean la conexión
entre los neurotransmisores. Como decía Henry Ford: "Si piensas
que puedes o que no puedes, siempre estarás en lo correcto".

6. Escuche música barroca.

La música es la puerta hacia terrenos interiores; toca lugares fuera
de nuestro alcance.
Ayuda a la creatividad, a la expresión personal.
Facilita el aprendizaje.
Un granjero comprobó que al ponerle música
barroca a sus vacas, en ellas había un aumento en la producción
de leche y en sus glóbulos blancos.

7. Rete a su cerebro.

Si no lo usamos, lo perdemos. Juegue al ajedrez, resuelva crucigramas,
aprenda a tocar un instrumento, haga matemáticas, viaje a lugares nuevos,
vaya a exposiciones de arte, lea, estudie algo.
Escriba y dibuje con su mano no dominante. Abra su mente a nuevas
experiencias y formas de pensar. Todo esto provoca que el cerebro
funcione mejor.

Podemos concluir que en este llamado "Milenio de la mente",
la única manera de ser competitivos y mantener un balance en nuestras
vidas es no trabajar más, sino trabajar mejor.

André Vermeulen

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