Entre la realidad y la sociedad se interpone un poderosísimo filtro, son los "medios de comunicación", más exacto es llamarlos medios de deformación. La sociedad vive en una ficción creada por estos medios que manipulan y controlan la sensibilidad, el pensamiento, el conocimiento, el manejo de ese conocimiento y de la conducta. Así llevan a la humanidad sumisa al patíbulo, donde ella misma es su verdugo. Veamos.
La civilización capitalista lesiona de tal manera a la naturaleza, que la especie corre riesgo de extinción. Sin embargo, la sociedad norteamericana, por obra del Filtro, no tiene idea del peligro que corremos, lo subestima o lo ignora. Una encuesta que se muestra en el artículo de Rosa Tristán del Debate Socialista de esta semana, nos da idea de la manipulación bestial de la sociedad gringa, de su ceguera.
Al Gore, aquel vicepresidente de los Estados Unidos, ganador del Premio Nobel por sus aportes a la defensa de la naturaleza, ya declara que la situación es grave y que es necesario movilizar "el alma de la sociedad norteamericana". La siente ajena, como zombis que consumen y callan.
Cuando nos fijamos en la manipulación política, el cuadro es igual de grave. El filtro puede "matar" a un dirigente político con sólo ignorarlo, vetarlo, o puede transformar a una nulidad en un líder de papel y pantalla. Tiene la capacidad de crear desabastecimientos ficticios, construir protestas, ficcionar democracias y dictaduras a su antojo, modificar la historia, justificar genocidios, condena y absuelve. El filtro es un poder.
Donde más daño hace es en la creación de estructuras mentales, instrumentos psíquicos para percibir y significar la realidad. En este campo el filtro usa a la tv, las novelas, los reality show, y tiene como objetivo crear modos de ver y de significar que condicionan la percepción de la realidad: la disgregación, el individualismo, la envidia, el culto por lo material y el lucro, son la norma. Así nos tallan a imagen del siervo capitalista.
La política es en esencia toma de decisiones. Al individuo y a la masa se le reclaman decisiones que determinarán su vida, y desde el filtro se les enseña a tomarlas de manera conveniente para el capitalismo. Excusados en trivialidades se toman decisiones trascendentes, por pequeñas gratificaciones se construyen adhesiones, apegos, y se pone en la picota a un líder o a un proceso.
¡Con Chávez más resteaos que nunca!
La civilización capitalista lesiona de tal manera a la naturaleza, que la especie corre riesgo de extinción. Sin embargo, la sociedad norteamericana, por obra del Filtro, no tiene idea del peligro que corremos, lo subestima o lo ignora. Una encuesta que se muestra en el artículo de Rosa Tristán del Debate Socialista de esta semana, nos da idea de la manipulación bestial de la sociedad gringa, de su ceguera.
Al Gore, aquel vicepresidente de los Estados Unidos, ganador del Premio Nobel por sus aportes a la defensa de la naturaleza, ya declara que la situación es grave y que es necesario movilizar "el alma de la sociedad norteamericana". La siente ajena, como zombis que consumen y callan.
Cuando nos fijamos en la manipulación política, el cuadro es igual de grave. El filtro puede "matar" a un dirigente político con sólo ignorarlo, vetarlo, o puede transformar a una nulidad en un líder de papel y pantalla. Tiene la capacidad de crear desabastecimientos ficticios, construir protestas, ficcionar democracias y dictaduras a su antojo, modificar la historia, justificar genocidios, condena y absuelve. El filtro es un poder.
Donde más daño hace es en la creación de estructuras mentales, instrumentos psíquicos para percibir y significar la realidad. En este campo el filtro usa a la tv, las novelas, los reality show, y tiene como objetivo crear modos de ver y de significar que condicionan la percepción de la realidad: la disgregación, el individualismo, la envidia, el culto por lo material y el lucro, son la norma. Así nos tallan a imagen del siervo capitalista.
La política es en esencia toma de decisiones. Al individuo y a la masa se le reclaman decisiones que determinarán su vida, y desde el filtro se les enseña a tomarlas de manera conveniente para el capitalismo. Excusados en trivialidades se toman decisiones trascendentes, por pequeñas gratificaciones se construyen adhesiones, apegos, y se pone en la picota a un líder o a un proceso.
¡Con Chávez más resteaos que nunca!
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