Hay jóvenes que desde su niñez, sus padres les han dado todo y a medida que crecen ya no piden un caramelo, sino el cielo.
El joven, mal educado, malcriado desprotica de sus padres sí no le dan su capricho.
Hay padres que hipotecan su alma por consentir al hijo, hija. Que mal se hace, nunca se les enseña a sentir el esfuerzo que cuestan las cosas.
Prole malcriada, no agradecida.. termina como cuervos sacándole los ojos a sus padres. Padres que malcrian hijos, hijas están cultivando el karma doloroso de su vejez.
A los hijos, hijas se les debe enseñar que las cosas no caen del cielo; se les debe enseñar la esencia, prioridades de la vida.. pues todo lo demás es adorno, superfluo, vanidad.
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