05 mayo 2013

La GRATITUD e ingratitud. Por CL Ricaurte E. Saval R.

EL AGRADECIMIENTO

El agradecimiento surge cuando una persona se siente en deuda con otra, porque le ha producido algún bien, le ha prestado un servicio o le ha hecho algún regalo.

Las personas agradecidas se alegran por los bienes recibidos, los reconocen y están dispuestas a corresponderlos.

No se trata de devolver favor con favor, ni regalo con regalo, sino de sentir y expresar admiración y gratitud por las calidades humanas de quienes nos honran con sus dones.

Cada uno tiene siempre mucho que agradecer, y cuidar lo recibido es una forma de hacer evidente nuestro reconocimiento.

Entre los bienes que más agradece la humanidad se encuentran: la vida, la salud, la amistad, la lealtad y las enseñanzas de sus antecesores.

La gratitud y el reconocimiento son los mejores regalos que puede recibir una persona en cualquier época y lugar del mundo.

«PARA SER AGRADECIDOS»

a.- Admitamos que necesitamos a los demás.

b.- Reconozcamos las obras de los demás.

c.- Incluyamos en nuestro lenguaje expresiones de agradecimiento.

d.- Aceptemos que muchas de las cosas buenas que tenemos, se deben a lo que otras personas nos han dado: amor, protección, cuidados, talento, sabiduría.

«LA INGRATITUD»

La ingratitud es índice de soberbia y egoísmo, cuando no de mala fe.

El ingrato se caracteriza porque ignora o pretende ignorar el bien que le hacen los demás.

Está tan acostumbrado a obtener siempre lo mejor para sí, que no le es nada fácil reconocer los méritos ajenos.

Los favores que recibe, lejos de inspirarle agradecimiento, le inspiran rencor.

La ingratitud puede provenir también de una especie de descuido, de mediocridad espiritual.

En este caso, específico, aunque no hay mala fe, no deja de ser triste, porque produce desconsuelo en aquellos que se esmeran por hacernos el bien sin obtener nunca la más mínima voz de aliento, ni el más ínfimo signo de reconocimiento por parte nuestra.

«OBSTÁCULOS PARA EL AGRADECIMIENTO»

a.- La vanidad, que impide a muchos reconocer el aporte de los demás en sus propios logros.

b.- La costumbre de encontrarle defectos a todo, que lleva a desconocer, por detalles sin importancia, lo valioso de un esfuerzo o los méritos de un trabajo bien hecho.

c.- La envidia y el resentimiento, que hacen tomar como ofensa las bondades recibidas de los otros.

d.- La falta de humildad y de grandeza, que hacen ver el agradecimiento como una muestra de debilidad.

Recopilado por:
CL Ricaurte E. Saval R.

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