14 noviembre 2010

Meditalo. Por Frank Ajeno

Meditalo
Algo que nosotros creamos
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Posiblemente, lo que todos anhelamos más en la vida sea el amor y las
relaciones amorosas. En lo más profundo de nuestro ser, lo que más
deseamos en el mundo es amor. Todos buscamos establecer una relación
especial. ¿Por qué, entonces, tanta gente vive una vida solitaria,
buscando, esperando, pero en muy pocas ocasiones encontrándola?

El amor no es el resultado de la suerte o del destino, no es algo que
nos sucede, es algo que nosotros creamos y todos tenemos el poder y la
capacidad de hacerlo. Todos podemos amar y ser amados, todos tenemos
la capacidad de crear relaciones amorosas. No importan las
circunstancias en las que nos encontremos, la vida puede cambiar y
está en nuestras manos hacerlo. La vida puede ser todo aquello que
debería ser: gozo, misterio y amor en abundancia.

La gente comete el error de creer que, si tienen suerte, se
enamorarán; se imaginan que un día irán andando por la calle y, de
repente, verán a alguien y les dará el flechazo. Pero eso no es amor,
es atracción física.

No cabe duda de que el amor puede crecer de una atracción física
mutua, pero el amor verdadero nunca puede ser sólo físico. Para amar,
para amar realmente, debes comprender a esa persona, necesitas
conocerla y respetarla. Es preciso que su bienestar te preocupe de
verdad.

No es posible conocer a alguien sólo por su apariencia física. Para
amar a una persona de verdad debes verla por dentro, su naturaleza, su
espíritu o su alma. Hay cosas que no pueden contemplarse con los ojos.

En el amor lo esencial sólo puede verse con el corazón. Por eso, una
relación duradera basada en el amor verdadero no es una casualidad,
algo que suceda por accidente o que sea el producto de la suerte.
Tiene que construirse y cuidarse.

Si quieres que te amen, tú tienes que amar primero. Todos tenemos el
poder de amar y de que nos amen y la capacidad para crear relaciones
amorosas en nuestra vida. Por es tan triste que la gente decida vivir
sin amor. Alguna gente decide no amar para evitar el dolor que la
separación y la pérdida producen.

El amor está disponible para todo el mundo, pero debemos elegirlo. La
vida está repleta de elecciones. Podemos elegir llevar la razón o que
se nos ame; podemos elegir el perdón o la venganza, la soledad o la
compañía. Siempre hay que hacer elecciones. Las personas que no
cuentan con una relación amorosa en la vida es porque, consciente o
inconscientemente, lo han decidido así.

Muchas personas cometen el error de pensar que el amor sólo entrará en
sus vidas cuando encuentren a la persona de sus sueños. Creen que
sabrán lo que es el amor tan pronto como su «media naranja» entre en
sus vidas. Pero lo cierto es que nunca encontrarán amor fuera, a menos
que antes lo encuentren dentro de sí mismos.

...En la vida logras lo que eres y eres lo que logras. Las relaciones
no aportan el amor, nosotros ponemos amor en la relación. Cuando somos
cariñosos, una relación cariñosa surge inevitablemente.

Si deseas amor, debes renunciar a tus miedos y estar dispuesto a no
dejar pasar las oportunidades que surjan. A todos se nos ofrecen a
diario muchas oportunidades, pero muy a menudo, las dejamos pasar por
nuestros temores e inseguridades.

No puedes lograr una relación amorosa a menos que aprendas a amar.
Cualquiera puede aprender a amar ya que es el estado más natural del
mundo: amarte a ti mismo, a los demás y a la vida. Sean cuales sean
nuestras circunstancias o posición en la vida, todos tenemos la
capacidad de amar y ser amados, de disfrutar del amor en abundancia

Todos llegamos a ser aquello que pensamos. Si abrigas pensamientos de
rabia, experimentarás rabia; si los abrigas de entusiasmo, te sentirás
entusiasmado; si tienes pensamientos felices, experimentarás felicidad
y si abrigas pensamientos de amor, experimentarás amor.

Todos elegimos lo que deseamos pensar, lo que sucede es que en el
curso de nuestra educación se nos enseña a elegir pensamientos
equivocados. Le enseñamos a la gente a que juzgue a los demás, a que
discrimine a los que son diferentes. Ama a un niño y el niño te
devolverá su amor, simplemente porque es parte de nuestra naturaleza
amarnos mutuamente.

El problema es que la percepción que un niño posee del amor depende
principalmente de sus padres. La forma en que los padres tratan a sus
hijos y se comportan entre sí determinará cómo el niño percibe el
amor. Por eso tenemos que aprender de nuevo qué es el amor y qué
significa dar amor. Debemos cambiar nuestras actitudes y creencias y,
por tanto, nuestros pensamientos. Para ellos hacemos uso de las
afirmaciones.

Una afirmación es una aseveración que haces en voz alta o en silencio
y que, si repites lo suficiente, cambiará tus pensamientos y
creencias. Las afirmaciones cambian nuestros pensamientos y creencias
subconscientes. Nuestros pensamientos determinan nuestra acciones, las
acciones producen nuestra conducta y la conducta conforma nuestro
destino.

Las afirmaciones te ayudan a cambiar las creencias subconscientes,
pero después debes considerar conscientemente lo que el amor significa
para ti y qué significa amar a alguien.

Amar a alguien es cuidar de esa persona, es estar allí cuando te
necesite, ayudarla, cuidar siempre de su bienestar, es pensar en sus
necesidades y deseos. Si deseas tener relaciones con verdadero amor,
debes considerar las necesidades de los demás. Y para eso necesitamos
ponernos en su situación, intentar ver las cosas desde su perspectiva.

El problema es que la gran mayoría de las veces sólo pensamos en
nuestras propias necesidades y no en las de los demás. Si no pensamos
en las necesidades de los demás, es muy difícil mostrar amor hacia
ellos.

Todo comienza con un pensamiento: los pensamientos amorosos conducen a
acciones y experiencias amorosas. Tus pensamientos no sólo te ayudarán
a atraer relaciones basadas en el amor, sino que además te ayudarán a
reconocer a la pareja de tus sueños cuando entre en tu vida, al saber
de antemano quién es tu pareja ideal pensando en los atributos que
deseas ver en esa persona.

El amor no es ciego, pero el deseo sexual y la atracción sí lo son; si
no has pensado de antemano en los atributos de tu pareja, es muy fácil
acabar con alguien totalmente incompatible. Si te creas una imagen
mental de la persona con la que te gustaría compartir el resto de tu
vida, es mucho más probable que la reconozcas cuando aparezca.

Esa es precisamente la esencia del poder del pensamiento; para atraer
algo o a alguien a tu vida, primero debes imaginarte que ya está ahí.
Tu capacidad de amor y de ser amado, de crear relaciones duraderas y
con corazón, tu capacidad para atraer a tu pareja ideal, comienzan con
el poder de tus pensamientos.

Una de las razones por la que no hay amor en la vida de muchas
personas es porque no se aman a sí mismas. Si no respetas, no puedes
amar. No puedes amar a nada o a nadie a menos que antes lo respetes. Y
la primera persona que merece tu respeto eres tú. Si no te respetas no
puedes amarte, y si no te amas es muy difícil amar a los demás.

Mucha gente no se respeta a sí misma, Las razones son múltiples: no
les gusta su físico, voz, personalidad o inteligencia; dejan de
mostrar respeto por sí mismas y se consideran inferiores a los demás.
Debemos aprender a aceptarnos, a apreciarnos, independientemente de lo
que la gente diga de nosotros.

Tenemos que aprender que todo tiene un lugar en el mundo, que todos
somos únicos y especiales. Nunca ha existido nadie como tú y nunca
existirá. Ese hecho en sí hace a cada ser humano, a cada alma digna de
respeto.

Cuando te preguntas qué respetas en ti, tu cerebro buscará
invariablemente una respuesta. También es muy útil plantearse esa
misma pregunta con otras personas, especialmente con gente que nos
desagrada. Tu mente se centrará en lo que respetas en ellas en vez de
en lo que te disgusta. Una vez que esto suceda, te resultará más fácil
mostrarte más cariñoso y comprensivo con ellas al actuar de una forma
más bondadosa y considerada hacia los demás.

Hay mucha gente que trata a los demás como si no valiesen nada, pero
lo cierto es que todos procedemos del mismo Creador, todos estamos
hechos a la imagen y semejanza de Dios. Uno de los peores errores que
se puede cometer en la vida es infravalorar el poder de un individuo.
Toda persona tiene el poder de cambiar el mundo y, a su manera, cada
persona lo hace. Cuando respetamos el verdadero valor de los demás,
comenzamos a tratarlos de forma diferente.

La gran mayoría de los problemas que tenemos en el mundo surgen porque
perdemos el respeto a nosotros mismos, a los demás y a la vida;
perdemos la capacidad de amar. Si respetásemos las creencias de los
demás, podríamos empezar a querernos mutuamente.

Una vez que has descubierto tu propia valía, empiezas a ver la de los
demás y los respetas por ello. Sólo después de respetarte y quererte
empiezas a sentirte cómodo en la presencia de otras personas. Cuando
buscas en los demás atributos dignos de respeto, tu actitud hacia
ellos cambia y te resulta más fácil mostrarte cariñoso.

Si quieres recibir amor, todo lo que tienes que hacer es darlo. Y
cuando más des, más recibirás. El amor es como un bumerán, siempre
vuelve a ti. Es posible que no proceda de la misma persona a la que tú
se lo diste, pero de una manera u otra volverá. Y volverá con creces.

Lo que no debes olvidar es que a diferencia de las posesiones
materiales o del dinero, el amor es una fuente inagotable y todos
podemos dar sin miedo a que se acabe. Cuando damos, no perdemos nada.
De hecho, la única manera de secar el amor es si no lo entregamos.

Uno de los problemas que muchos tenemos es que no queremos ser los
primeros en dar, sólo damos después de recibir. Con demasiada
frecuencia el amor es condicional. Esperamos a que la otra persona dé
el primer paso; pero así, muy poca gente logra conocer el amor: se
pasan la vida esperando a que alguien les ame antes. El amor verdadero
es incondicional, consiste en no pedir nada a cambio.

Si deseas conocer el amor abundante, debes estar dispuesto a dar amor
incondicionalmente, sin exigir nada a cambio. De otra manera, no es
amor. Un regalo no es un regalo si no se entrega voluntariamente, y el
amor no es amor si no se ofrece sin condiciones. Por esta razón una de
las formas más maravillosas de experimentar las delicias del dar y del
amor es mediante la práctica de actos bondadosos.

La entrega es una manera segura de garantizar la felicidad y el amor
duraderos entre dos personas. Si te centras en lo que deseas ofrecer
en una relación, en vez de en lo que deseas sacar de ella, nunca te
equivocarás. Toda relación consiste en dar y tomar; si deseas tomar
más de lo que das, acabarás experimentando problemas en la relación.

Si te centras en lo que puedes darle a tu pareja, nunca puedes
equivocarte. Antes de comprometerse a una relación de por vida, la
gran mayoría de la gente sólo piensa en lo que su pareja podrá darles.
Si modificaran un poco su perspectiva y se preguntasen qué pueden
hacer ellos por su pareja, estarían concentrándose en lo que ellos
pueden aportar en vez de estar ofuscados por lo que sacarán de ella.

De este modo, estarían manifestando una actitud amorosa que
contribuiría a crear una relación con amor. Siempre y cuando des,
siempre y cuando contribuyas con algo, encontrarás el amor.

Si deseas encontrar un amor verdadero, primero debes buscar a una
amiga verdadera. Si lo que deseamos es amor en abundancia, si lo que
deseamos es un amor para toda la vida, debemos mirar más allá de la
mera apariencia física. El amor verdadero se basa en la amistad, no en
la atracción física.

La verdadera base de una relación amorosa y duradera se construye
compartiendo creencias, metas y aficiones, además de buscando el
respeto y la admiración mutua. Mucha gente aún comete el error de
creer que el amor surge de la atracción física, pero el aspecto físico
es efímero y desaparece con el paso del tiempo.

Por otro lado, un amor basado en la amistad y el respeto crece cada
día. Cuando busques a tu pareja, en vez de centrarte exclusivamente en
la atracción física que puedas sentir, asegúrate de que comparte tus
creencias, valores y metas.

Para hacer amigos lo único que se requiere es ser amigable. Para
hacerte con amigos especiales, lo que necesitas es mostrarte amigable
con la gente que comparte tu sistema de valores y aficiones. Las
personas que no tienen realmente una afición, es importante que
empiecen a pensar en una afición, que descubran algo que les apasione.
No tiene que ser algo demasiado especial.

Una vez que encontramos algo que nos guste será más fácil encontrar a
alguien que comparta esas aficiones, porque ya tenemos algo en común.
Si no tienes nada en común con la otra persona es muy difícil mantener
una relación íntima con ella.

La gente está demasiado preocupada por encontrar pareja, pero lo
cierto es que si se centraran en construir amistades sólidas, lo otro
les seguiría. La amistad es un elemento crucial si deseamos crear una
relación para toda la vida, ya que es un ingrediente esencial del
amor. Al considerar si una persona es nuestra pareja ideal o no, es
bueno preguntarse si es mi mejor amiga.

Si la respuesta es negativa deberíamos considerar dos veces antes de
comprometernos para el resto de nuestra vida en esa relación. Muchas
relaciones se han salvado gracias al poder de la amistad. La amistad
es algo que puede crearse, todo lo que necesitas hacer es construir
una base común, cosas que podáis hacer juntos.

Dos personas pueden hacerse amigos de nuevo y, a partir de ahí,
reconstruir su relación amorosa, ya que cuando la amistad florece
también lo hace el amor.

El amor es la fuerza curativa más poderosa del universo, es más
poderosa que cualquier medicina. Tocar a alguien encierra un poder
tremendo. Crea un vínculo entre las personas y rompe las barreras de
una manera que ninguna otra cosa consigue; y todos respondemos a ello.
El roce contiene una energía que ...produce milagros.

El contacto físico, los abrazos y cogerle la mano a una persona son
muy importantes si deseamos dar y recibir amor. Nos cambia física,
mental y emocionalmente. Si deseamos recibir amor en abundancia es
esencial que establezcamos contacto físico. No es tan fácil tocar o
abrazar a alguien pero eso te da una buena razón para intentar
destruir barreras.

Recuerda que para amar necesitas ser valiente. Debes estar dispuesto a
correr el riesgo del rechazo y del dolor, pero la mayoría de las veces
no será necesario porque saldrá bien. La gente se abrirá a tu gesto.
Todo lo que tienes que hacer es abrir tus brazos a los demás y verás
cómo la gente te abre su corazón. De esta manera experimentarás la
energía del amor encendida por el poder del contacto.

El amor no puede forzarse. Debemos dejar que las personas que amamos
sean libres. Cuando amamos a alguien debemos permitirle tomar sus
propias decisiones y vivir a su gusto, en vez de intentar que lo haga
de acuerdo a nuestras preferencias. Todos necesitamos nuestro propio
espacio; la gente necesita ser libre en una relación, si no es así
pronto se sentirán atrapados.

Si realmente amamos a una persona debemos respetar sus deseos y
necesidades. Si nos aferramos demasiado a alguien, acabaremos
ahogándolo emocionalmente. Además, adoptamos esta actitud de excesivo
apego por celos, inseguridades y miedos, no por amor.

Es importante deshacernos de nuestro apego físico, pero también de
cualquier cosa que obstaculice el amor: nuestros prejuicios y
enjuiciamientos de los demás. Si tienes prejuicios hacia una persona o
un tipo de gente no podrás evitar que tu conducta hacia ellos se vea
afectada. Es mucho más difícil tratar con cariño a una persona contra
la que tenemos prejuicios.

Tener prejuicios significa juzgarla antes de tener la oportunidad de
conocerla verdaderamente. La gran mayoría de los prejuicios son
ridículas generalidades que no son más que estereotipos.

También debemos renunciar a nuestro ego. Muy poca gente es consciente
de que nuestro ego es el mayor obstáculo que se interpone entre el
amor abundante y nosotros. Antes de iniciar una discusión, pregúntate
si realmente es importante que la opinión de la otra persona sea
diferente de la tuya y si merece la pena dañar vuestra relación por
defender tu punto de vista.

Si la respuesta es que no merece la pena, entonces no empieces una
discusión. Puedes poner tu energía en ganar una discusión o en ganar
amor. Si el amor es tu prioridad, no te preocupes por demostrar que
llevas la razón y que la otra persona está equivocada en asuntos sin
importancia. En vez de eso, déjalo pasar.

Si lo que deseamos es amor, debemos desprendernos de cualquier cosa
que se interponga en el camino. Nuestro ego es sólo una de ellas;
debemos desprendernos de la rabia, la acritud y el resentimiento. Si
deseas experimentar amor abundante debes aprender a perdonar. El
resentimiento sólo ayuda a destruir el espíritu, mientras que el
perdón libera el alma para que podamos amar.

Nadie puede pretender ser perfecto, pero si aprendemos a perdonar los
errores de los demás, podremos lograr relaciones perfectas. Todos
cometemos errores y, si deseamos que la gente nos perdone por los
nuestros, nosotros debemos estar dispuestos a perdonarles por los
suyos.

La rabia, el miedo y el resentimiento son emociones humanas,
naturales, y tienen su lugar dentro de nosotros. Si queremos conocer
el amor debemos estar dispuestos a dejar ir esas emociones negativas,
a no aferrarnos a ellas. Si te aferras estarás creando una suerte de
prisión emocional que te impedirá amar.

Una de las grandes dolencias que afligen a la humanidad es nuestra
incapacidad de comunicarnos los unos con los otros. Uno de los mayores
problemas que tiene la gente es que, aunque sabe amar, es incapaz de
expresar y comunicar el amor que siente. Si verdaderamente deseamos
conocer el amor y crear una relación amorosa, debemos estar dispuestos
a expresar nuestros sentimientos.

No se imagina cómo pueden cambiar las cosas al oír a alguien dándonos
las gracias o diciéndonos que nos quiere. Es parte de la naturaleza
humana. Todos necesitamos sentir y saber que se nos aprecia. Muchas
veces no expresamos nuestros sentimientos ni escuchamos lo que la otra
persona está intentando comunicarnos. Si queremos amar, primero
debemos aprender a expresarnos; si no podemos comunicar nuestros
sentimientos, no podremos recibir ni dar amor.

El amor supone compartir y comunicarse con nuestros seres queridos.
Pero la comunicación va más allá de la simple expresión de tus
sentimientos hacia la otra persona. También supone compartir tus
metas, miedos, esperanzas y problemas. Si uno se reserva los problemas
que está atravesando, acabará excluyéndose y sintiéndose deprimido.
Además, le estará negando a sus seres queridos la oportunidad de
ofrecerle ayuda y apoyo.

Si la gente quiere conocer el amor y mejorar sus relaciones, debe
aprender a comunicarse. Las personas necesitamos sentir que se nos
aprecia para sentirnos amadas. El amor no es algo fijo; se asume que
una vez que amamos a alguien, el amor estará presente y durará toda la
vida. Pero la verdad es que el amor no es algo estático, es más bien
como una planta: crece y florece, o se marchita y muere.

La comunicación es el agua que mantiene vivo el amor. Cualquiera puede
aprender a comunicarse con los demás. Lo primero que debes hacer es
vencer el miedo. Unas personas temer parecer estúpidas y otras que los
demás las rechacen.

Procura recordar que cuando te encuentras o estás con una persona,
podría ser la última vez que lo hagas. Por tanto, ahora que tienes la
oportunidad dile lo que siempre has querido decirle. Uno de los
pesares más grandes de la vida es la angustia de no haberle dicho a un
ser querido, antes de que muriese, que lo querías o lo importante que
era para ti.

Necesitamos establecer comunicación con nuestros seres queridos para
impedir que los problemas se acumulen en la relación. Muchos problemas
suelen surgir porque uno o ambos miembros de la pareja no saben
transmitir sus pensamientos y sentimientos. A consecuencia de ello se
acumulan resentimientos y rabia que, tarde o temprano, causan que la
persona «explote».

Si aprendiésemos a comunicarnos adecuadamente, los pequeños
malentendidos y aflicciones podrían arreglarse cuando son aún pequeños
y de poca monta. La mejor manera de lograrlo es aprender a expresarnos
claramente con nuestros seres queridos y a escuchar a los demás cuando
hablan de sus sentimientos. Si no establecemos una comunicación
fluida, es imposible mantener una relación.

Cuando aprendemos a comunicar y a compartir nuestros sentimientos y
experiencias de forma abierta y sincera, nuestra vida cambia. La vida
es como un bosque; a veces nos perdemos y sentimos confundidos, pero
si compartimos nuestras experiencias e impresiones con los demás, el
viaje no parecerá tan desalentador y puede que juntos encontremos
mejores caminos y modos de vivir.

La gente asume que el amor sólo está relacionado con el afecto y el
romance, pero es muchísimo más: el amor no existe sin el compromiso.
Si quieres experimentar amor en abundancia, si quieres amar y que te
amen, si quieres una relación para toda la vida, debes comprometerte a
ser «amante». Hasta que no te comprometas en la relación, nunca podrás
crear un vínculo estable y basado en el amor.

Cuando verdaderamente amas a una persona, te comprometes con ella y
con la relación. Te asegurarás de estar siempre ahí cuando te
necesite, y nada ni nadie se antepone a ella. Si queremos amor en la
vida, debemos hallar maneras de vencer nuestros miedos y estar
dispuestos a comprometernos con las personas o cosas que nos son
queridas.

La falta de compromiso es un problema muy habitual. Después de todo,
es completamente natural que, si has sido víctima del rechazo, el
ridículo y la aflicción en el pasado, ahora intentes evitarlos. La
gente que ha sido herida decide subconscientemente a partir de ese
momento no establecer relaciones estrechas e íntimas con otra persona.
No están dispuestas a arriesgarse a que la separación y la pérdida les
ocasione otra herida emocional.

Su miedo al dolor es superior a su deseo de amor y, por tanto eligen
vivir una vida gris y sin amor para evitar el dolor de la pérdida;
pero con esa decisión también se privan del gozo del amor. Al final
acaban entumecidos, incapaces de sentir, y viven en silenciosa
desesperación porque saben que el amor está abierto para todos, pero
los riesgos y el dolor les impiden lanzarse.

Una razón por la que muchas relaciones no funcionan es porque la gente
es incapaz de comprometerse. Toda relación está sujeta a altibajos,
tiempos buenos y malos. La manera en que nos comportamos cuando surgen
estas situaciones difíciles es crucial para la relación. Para que una
relación funcione con éxito la pareja debe hacerla su prioridad,
situarla en sus corazones por encima de cualquier otra cosa.

Por muy acaloradas que sean sus discusiones, ningún miembro de la
pareja amenazará con romper la relación, Una vez que la separación se
convierte en una posibilidad, por muy remota que sea, comienzan a
aparecer los verdaderos problemas.

Estar comprometido a algo, sea lo que sea, significa que abandonar no
es una opción cuando las cosas se ponen mal. Nuestro problema es que
muchas veces no estamos realmente comprometidos con la situación y,
por tanto, renunciamos en los momentos difíciles. El compromiso es un
ingrediente esencial en la vida.

Si deseamos atraer amor y estabilidad a nuestra vida y a la de las
personas que amamos y nos aman, es preciso establecer un compromiso
con uno mismo e involucrarnos en eso que consideramos importante; se
trata de que el amor y las relaciones con amor sean para ti lo más
importante en tu vida.

El compromiso es una prueba de verdadero amor; si no te sientes
realmente comprometido con una persona es porque no la amas. El
compromiso es lo que establece la diferencia entre sentir por alguien
amor o simplemente agrado.

La pasión no está limitada al sexo. La pasión es entusiasmo y un
profundo interés por algo. Cuando alguien o algo te apasiona de verdad
se convierte en importante y estás continuamente pensando en su
bienestar. Cuando perdemos nuestra pasión también experimentamos una
pérdida en nuestra capacidad de amar. Si pierdes el interés por
alguien y deja de entusiasmarte, es bastante más difícil continuar
amándole.

Una relación amorosa necesita de la pasión. La pasión es como una
chispa mágica que enciende el amor y lo mantiene vivo. Si pierdes la
chispa, la relación acabará apagándose. No sucede del día a la mañana,
sino que lleva tiempo. A través de nuestros pensamientos y
sentimientos es posible crear una pasión mucho más poderosa que la que
lograríamos con una simple «química corporal».

Cuando estamos verdaderamente interesados en algo o en alguien, cuando
realmente nos sentimos enardecidos, nos volvemos apasionados. En una
relación amorosa esto se traduce en que siempre nos centramos en los
atributos y los rasgos que nos fascinan de la otra persona. Para
mantener viva la pasión entre la pareja, pueden recrear experiencias
pasadas que os resultaron apasionantes o despertaron vuestra pasión,
también introducir espontaneidad en la relación.

Para ser felices en la vida, todos necesitamos sentir pasión por
alguien o por algo. Es posible sentir pasión por nuestro trabajo,
nuestras creencias, nuestras aficiones, pero ante todo, debemos sentir
pasión por nuestros seres queridos. El amor y la felicidad comparten
la misma esencia; todo lo que necesitamos hacer es vivir cada día con
pasión.

Los problemas a los que nos enfrentamos en una relación, normalmente
son producto de otros que acarreamos desde la infancia sólo si dejamos
que nuestro pasado nos domine. El futuro no tiene por qué ser
equivalente al pasado. Sea cual sea nuestro pasado, sean cuales sean
nuestras experiencias, todos tenemos la capacidad de cambiarlas.

Si no confías en alguien no puedes amarle porque sin confianza
sospechamos de todo el mundo, nos volvemos presa de la ansiedad y
tememos que la persona nos traicione. Eso puede ejercer una presión
insoportable en la relación: un miembro se siente ansioso y el otro
atrapado. La confianza es un ingrediente esencial en toda relación con
amor.

Además de confiar en las otras personas, debes aprender a confiar en
la relación en sí. Los pensamientos y los miedos pueden acabar
haciéndose realidad. Si te imaginas ciertos tipos de problemas, tus
temores se verán reflejados en tu conducta y, al final, tú mismo
acabarás creando el problema.

Mucha gente se imagina problemas antes de que éstos verdaderamente
existan. Una actitud así no conduce al amor ni a la felicidad. La
única forma de salir de esa trampa es aprender a confiar en los demás,
en ti y en la vida. La otra cara de la moneda es que también es
necesario comportarse como alguien digno de confianza para que tu
pareja no tenga verdaderamente motivos de sentirse insegura.

No necesitamos ser víctimas de nuestro pasado. Todos tenemos capacidad
de cambiar, el futuro no tiene que ser equivalente al pasado. Nosotros
mismos escribimos el libro de la Vida. La próxima página no tiene por
qué ser igual que la anterior. Podemos empezar un nuevo capítulo. Lo
que haya sucedido en el pasado es, en cierta medida, irrelevante.

Mucha gente ha caído en la apatía y renunciado a encontrar pareja;
muchas otras se sienten atrapadas en una relación sin amor y
desdichada. Pierden la esperanza, se desilusionan y se vuelven
sórdidos y cínicos. Se creen víctimas y, por eso mismo, se convierten
en víctimas.

Van por la vida en solitario, sintiéndose atrapados o esperando a que
alguien aparezca y las cambie por ellos. No quieren entender que la
única persona capaz de cambiar algo en nuestra vida somos nosotros
mismos. Nadie más.

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AD

Fuente:

Meditalo

En

http://ajenony.peperonity.com/

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De: Frank Ajeno


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Valmore Vivas
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