26 septiembre 2010

El respeto en la pareja. Por Dª. Trinidad Aparicio Pérez

El respeto en la
Para que una relación de pareja funcione, debe estar basada en el
amor, la comunicación y el respeto. Cuando comenzamos una relación,
debemos observar una actitud de respeto con nosotros mismos, con
nuestra pareja y con la vida en común.

1. La vida en pareja
2. Respeto hacia uno mismo
3. Respeto hacia el otro
4. Respeto hacia la relación de pareja

1. La vida en pareja

Al comienzo de una relación de pareja todo es alegría, diversión,
pasión, ilusión... Vemos a la otra persona como un ser maravilloso
carente de defectos. Pero, con el paso del tiempo esos sentimientos se
reducen y surgen momentos de aburrimiento, rutina, desencanto,
incomprensiones, discusiones... Son situaciones que forman parte de la
vida en común y a los que no hay que temer cuando se trata de una
relación sólida.

Es natural que tarde o temprano aparezcan enfrentamientos y malos
momentos. Por lo general, le ocurre a personas que poseen formas de
ser diferentes y, por muy enamorados que estén, es normal que surjan
diferencias entre ellos. Lo fundamental, es que aunque existan
diferencias y malos momentos, nunca lleguen a perderse el respeto.

Las parejas deben hacer una distinción entre su vida personal, la del
otro y la vida que tienen en común. Al formar una relación, no debemos
renunciar a uno como ser individual que somos y dedicarnos
exclusivamente a la otra persona. Eso, sería un gran error que no sólo
nos afectaría a nosotros mismos, sino también a nuestra relación de
pareja.

Para mantener una buena relación, es esencial que la vida particular
de cada uno, sea aceptada y respetada por el otro.

2. Respeto hacia uno mismo

Cuando nos enamoramos, entendemos que debe haber respeto hacia el
cónyuge. Sin embargo, no tenemos tan claro la importancia del respeto
hacia uno mismo.

Respetarse uno mismo ante su pareja significa mantener siempre la
dignidad, no tolerar que se sobrepasen límites establecidos con
anterioridad, no aceptar como bueno aquello que le desagrade y no
aceptar nunca maltratos, vejaciones o humillaciones, ni justificar en
ningún momento, esa conducta de su cónyuge pensando que a pesar de
todo le quiere.

En los momentos de crisis, ambos deben luchar por solucionar los
problemas. En algunos casos, la relación puede llegar a una situación
en la que sólo uno de los cónyuges sea el que trate de salvarla. Esto
ocurre, sobre todo, cuando uno de los dos, se está planteando
finalizarla y, ante esa amenaza, el otro hace lo imposible para
retener a su pareja, llegando en algunos casos a perder la dignidad,
suplicándole y rogándole que no le abandone.

Con esta actitud lo único que se consigue es empeorar la situación,
alejando aún más a la persona que se desea retener. La mejor actitud,
en esos momentos, es mantenerse firme y con dignidad en lugar de
humillarse y suplicar. El respeto hacia uno mismo nos debe llevar a
desear que nuestra pareja permanezca con nosotros, sólo y
exclusivamente si nos quiere y así lo desea.

Esto no significa que ante estas situaciones dejemos de luchar por
nuestra relación. Todo lo contrario, a veces podemos mejorar algo de
nosotros o de nuestra forma de comportarnos, que puede hacer que
nuestro cónyuge cambie de opinión. Pero lo que no debemos hacer, es
intentar retenerlo a la fuerza con súplicas o amenazas.

3. Respeto hacia el otro

Respetar a nuestra pareja es aceptar las diferencias personales en
cuanto a gustos, ideas, costumbres y formas de entender la vida. Es
aceptarla tal y como es, sin intentar cambiar ninguna característica
de su personalidad, asumiendo tanto sus cualidades como carencias o
defectos. Es mostrar interés por su vida, preocupándonos e
interesándonos por su trabajo, familia, proyectos o estado de ánimo.

El respeto también consiste en tratar a nuestra pareja con educación.
Debemos dejar que hable sin interrumpirla, y escuchar y mostrar
interés por todo lo que dice, transmitiéndole nuestra opinión o
discrepando con ella cuando haya terminado de hablar. Es importante
dejar que se exprese sin interrupciones.

Las buenas formas son señal de buena educación y respeto. No debemos
caer nunca en los insultos o descalificaciones, ni ridiculizar a
nuestro cónyuge ni menospreciarlo y mucho menos delante de la gente.
Debemos cuidar que el trato que tengamos con nuestra pareja, en ningún
momento resulte ofensivo evitando, entre otras cosas, los gritos,
insultos o malos gestos.

4. Respeto hacia la relación de pareja

Una forma de mostrar respeto a nuestra relación de pareja es
cuidándola y esforzándonos para que funcione. Para ello, es
fundamental tener una buena comunicación, que nos ayudará a expresar
nuestros sentimientos, llegar a un mayor conocimiento de nuestra
pareja y del funcionamiento de la relación.

Hemos de tener en cuenta que las personas evolucionan y cambian con el
tiempo. Lo que en un principio nos parecía maravilloso, ahora ya no lo
es tanto y aquello que tanto nos gustaba de nuestra pareja, puede que
ahora sea la causa de conflictos. En definitiva, para poder tener un
mayor conocimiento de nuestro cónyuge y de nuestra relación, hemos de
tener unacomunicación continua y eficaz.

La infidelidad, es una traición y una falta de respeto a un compromiso
hecho por la pareja, un compromiso de lealtad sentimental, donde uno
se ha comprometido a amar exclusivamente a su cónyuge. Cuando se
comete un acto de infidelidad, se está traicionando a la pareja como
unidad.

Dª. Trinidad Aparicio Pérez
Psicóloga clínica. Psicóloga escolar
Centro de Psicología Alarcón. Granada.


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Valmore Vivas
04166846906

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