Un abismo
Poco a poco se va abriendo entre padres e hijos... a medida pasa el tiempo.
¿Por qué?
Simple, por la brecha generacional existe entre ambos.
Los padres se van quedando en su época, no pueden seguir el paso veloz de la vida... cosa que con facilidad los hijos si logran... por su juventud, vitalidad, vigorosidad.
La rapidez con que fluye la vida... cada día es más veloz. El humano se la imprime con el avance tecnológico y científico.
Ese abismo se da generación tras generación. Los hijos ven a sus padres paquidermicos, retrógrados, atrasados. Tienen razón. El mundo de ellos no es el mundo de sus padres.
Entender y comprender este fenómeno existencial es saludable tanto para padres como hijos. Evita conflictos emocionales, sentimentales de ambas partes.
Lo mejor... dejar que los hijos naveguen su río brioso, mientras los padres navegan su río calmado.
En el mañana... los hijos vivirán lo mismo con sus hijos. La historia se repetirá.
Cada quién que se ubique en su etapa de vida con respeto mutuo y así el compartir será comprensible, armonioso sin obstinaciones, ni amarguras de unos u otros.
Valmore Vivas
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