La viejita
Toda la semana metida en su casa... ocupada en sus quehaceres domésticos.
Alegría, cuando llega el domingo. Su esposo, junto a ella, a misa van.
En la iglesia van a estar con su Dios, a oír al sacerdote con sus sermones, a compartir con otros su alabanza, su creer en ella están en el cielo terrenal, que al morir les espera eternamente. Es su esperanza, su aliento de vida.
Al terminar la misa siente con su Dios estuvo, sale llena de regocijo para la otra semana de faena le espera.
Así la rutina va deshaciendo su existir... sin prisa, sin pausa.
Valmore Vivas
No hay comentarios:
Publicar un comentario