Reflexión 635
Yo soy Yo. Tú eres Tú
Tan claro... como un grano de arroz.
Pretender imitar a otro... no está bien... no se puede... no se debe. Cada quien tiene su carácter, personalidad, costumbres, cultura, educación.
Peor es pretender un niño se comporte como un adulto. El adulto que pretende eso... es un tarado, un idiota, un ignorante, un desubicado, un dislocado.
Los pueblos de la Orbe son como las personas... tienen su propio acervo cultural, costumbres, creencias, comportares. Unos vienen de tiempos milenarios, otros de siglos.
Los milenarios son adultos ante los de siglos que son niños.
Pretender un pueblo imite a otro pueblo... es no ser auténtico, no evaluar sus ventajas y desventajas muy propias... por mil razones.
Toda persona es reacia al cambio... pues implica desaprender y reaprender... salir de su zona de confor.
Cada pueblo está conformado por millones de personas. Si una persona es reacia al cambio... imaginemos como será un pueblo.
Quienes creen... un pueblo puede cambiar de la noche a la mañana... ellos no se han vislumbrado cambiando de su estado de confor... y más donde hay mil corrientes ideológicas empujando para su lado. Simple, el barco nunca avanzará... seguro avanza, retrocede... para quedarse en el mismo charco chapoteando.
Cada pueblo debería buscar su propio rumbo... sorteando las mil cosas con las que cuenta. Eso si otros pueblos le dejan buscar su rumbo y no se lo están perturbando, alterando por no desear encuentre su propio rumbo.
Los pueblos que han logrado avanzar es porque la mayoría del Pueblo se logra encausar hacia un rumbo fijo... sorteando los mil inconvenientes en el tiempo se le van presentando. Pero la mayoría remando en un mismo rumbo en el trascurrir del tiempo.
Esto es válido para cada persona... la meta la logra si mantiene el rumbo... sorteando los mil obstáculos se le presenten en el camino... y será de largo plazo si es capaz de proyectar hacia sus hijos, descendientes el mantener el mismo rumbo.
Valmore Vivas
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