La mayoría, le gusta enseñar a otros, sin enseñarse a sí mismos en su actuar.
La fusión perfecta es actuar, luego pregonar.
Sin haber vivido lo enseñado, lo pregonado... las palabras que se dicen se sienten HUECAS, sin sustancia, sin sentir, sin emoción, sin alma, sin compromiso.
Valmore Vivas
06 enero 2013
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