El cielo, el paraíso es acá en la tierra, es derecho de todos no de unos pocos, a ser construido con el esfuerzo de todos para todos, no es cuando muramos.
A esta vida se vino a vivir digno como ser, como especie, como humano..., y sí es así, justo es que todos luchemos porque sea así.
No es con caridad que este flagelo humano se erradica, es brindándole a cada humano circunstancias de vida dignas en su comer, en su cobijo, en su vestir, en su salud, en su educación, en su justicia, en su trabajo, en su recreación, en su convivir unos entre otros, en su convivir con la naturaleza.
La gran pregunta...
¿Todos queremos sea así?.
Mientras no sea así, viviremos cuidándonos unos a otros, viviremos tras rejas de protección, pues mientras unos comen bien, otros están con hambre. Viviremos siempre en un estado de inseguridad total, y no habrá medida de seguridad posible que la controle, pues la causa es la miseria.
Una imagen para mejor entender.
En un feudo el amo puede vivir con lucro en su casona gracias a la miseria a la que somete a sus peones, proveedores de su riqueza.
¿Cómo el amo puede controlar a los muchos peones a que no se rebelen contra él, contra su miseria en que viven y sigan siendo proveedores de su riqueza?
Simple, haciendo a su casona una fortaleza impenetrable y custodiada por cuerpos de seguridad.
Pero, ¿esto elimina la condición de inseguridad?.
No, sólo se mantiene a raya..., pues la causa, la miseria, no se erradica.
Imagínese Ud. viviendo en la miseria. ¿Qué palpitaría dentro de su ser?.
Valmore Vivas
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