La gente viene a mí y me asegura que quieren amar, pero dudan; quieren meditar pero dudan; les gustaría bailar, pero dudan.
Si esta indecisión está ahí y sigues alimentándola, toda tu vida será un desperdicio.
Ya es hora:
¡arrójala!
Y no es necesario hacer nada más; sólo toma consciencia de que ésta es solamente la forma en que te criaron, nada más.
Con consciencia, puedes deshacerte de ella; no forma parte de tu ser. Está solamente en tu mente, es sólo una idea que ha sido forzada sobre ti. Se ha convertido en un viejo hábito y un hábito muy peligroso, porque si no puedes disfrutar, ¿para qué está la vida? Y esta gente que no puede disfrutar nada: amor, vida, comida, una bella escena, un crepúsculo, una mañana, hermosa ropa, un buen baño, pequeñas cosas, cosas corrientes... si no puedes disfrutar estas cosas, y hay gente que no puede disfrutar nada: comienzan a interesarse en Dios.
Son la gente más difícil; nunca pueden alcanzar a Dios.
Dios disfruta con estos árboles; de otra manera, ¿por qué sigue creándolos? El no está harto en absoluto, en absoluto. Durante milenios, Él ha estado trabajando en árboles, flores y aves, y sigue escuchando, sigue reemplazando: nuevos seres, nuevas tierras, nuevos planetas.
¡Él está, realmente, lleno de color!
Mira la vida, obsérvala, y verás el corazón de Dios tal como es.
La gente muy rígida, incapaz de disfrutar nada, incapaz de relajarse, incapaz siquiera de disfrutar un buen sueño, son aquellos que se interesan en Dios. Y se interesan por razones equivocadas. Piensan que tienen que buscar a Dios porque la vida es inútil y vana. Recuérdalo: su Dios está en contra de la vida.
Osho.
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