20 septiembre 2012

Suaviza tu vida de Maytte Sepúlveda

Si todos queremos ser felices, ¿por qué nos aferramos al dolor, al recuerdo de nuestras historias tristes, al vacío de lo que no hemos podido lograr, a los temores, a las personas que se fueron o que no nos quieren a su lado?, ¿por qué nos empeñamos en tener aquello que no es para nosotros o a la idea de que podremos cambiar la actitud o el comportamiento de las personas que amamos?, ¿por qué, muchas veces, queremos lo que otros tienen mientras menospreciamos lo que es nuestro o nos pertenece? Aferrarnos a los aspectos negativos de nuestras vidas, es un comportamiento aprendido. Crecimos alimentándonos emocionalmente con el temor, con la pérdida, con la enfermedad, con la pobreza y la limitación, con el sentimiento de fracaso y de frustración... Es tiempo de cambiar algunas de esas creencias que todavía hoy nos obligan a sufrir sin ser capaces de vencer esos ciclos de malestar donde solemos meternos cuando las cosas no van bien.


¡Te invito a renovar tu espíritu y a refrescar tu vida! Vamos, deja de pensar de esa manera, evita colocar tu atención en los sucesos difíciles o violentos, no alimentes tus temores ni tus preocupaciones al mantenerte conectado a las noticias o a los comentarios negativos, evita darle vuelta en tu cabeza una y otra vez a lo que pudo haber sido... El pasado ya pasado es, y no hay manera de regresarlo.

Aprendamos a reconocer y a valorar todo lo positivo, lo bueno y lo bello que ocurre en nuestra vida, seamos conscientes de todas las bendiciones que aparecen ocultas detrás de las situaciones inesperadas y aparentemente difíciles o injustas de la vida. Verás cómo al iniciar la búsqueda de ellas descubrirás que han sido más los momentos y las situaciones positivas que las difíciles. ¡Suéltate del lado oscuro de tu vida y ven a habitar en el lado de la luz, de la paz y la felicidad!

¿Por qué no puedes disfrutar de un buen momento de descanso y bienestar solo, en contacto con la naturaleza o acompañado de alguno de tus seres queridos? ¿Por qué permites que tu mente te sabotee el placer de un buen momento llevándote a pensar en el pasado o en el futuro? Distrae tu mente, renueva tus pensamientos, ponte en movimiento, respira y siéntete vivo, busca la compañía de una persona amada, observa el paisaje de tu entorno natural o simplemente cierra los ojos y reconoce la presencia de Dios en tu interior... Sólo unos minutos bastan para recuperar la calma. Repite con fuerza y convicción: ¡No voy a permitir que nada ni nadie, incluyendo mis temores o mis tristezas, me quiten la oportunidad de ser feliz ahora!

Claves para soltar

Pasa la página. Acepta todo lo que no puedes cambiar y no te quedes dándole vuelta a lo que pudiste hacer para cambiar el resultado. Serénate y pregúntate: ¿Qué puedo hacer para corregirlo, para resolverlo o para mejorarlo? Abrirte para dejar salir tus sentimientos negativos, hará que la solución llegue mas rápido de lo que esperabas.

No te compadezcas de ti mismo. Nada de lástima. Sacúdete, levanta la cabeza, mira hacia adelante siempre.

Prepárate para lo peor y espera lo mejor. Haz una lista de todos tus miedos. Luego revisa cada uno de ellos, acéptalos y pregúntate ¿Qué es lo peor que puede pasar si esto sucede? Prepárate para resolverlo en tu mente y suéltalo. Muchas veces el negarnos a reconocer que tenemos ciertos miedos hace que estos se vuelvan más grandes de lo que en realidad son.

Minimiza lo malo y amplifica lo bueno. Muchas veces perdemos la capacidad de apreciar y valorar todos las cosas buenas que nos suceden cada día. Decide reconocer y resaltar cada pequeña o gran bendición que llegue a tu vida, siéntete agradecido y compártelo con los demás.

Rodéate de pensamientos y personas positivas. Por más dificil que sea la situación, busca siempre el lado positivo y vívela. Trata de superar cualquier situación difícil con ánimo, fe, valor, inteligencia y perseverancia.

Recuerda los buenos momentos. Cada vez que la mente lleve a conectar con tus preocupaciones, utiliza la memoria para recordar las situaciones gratas de tu vida, visualízalas y rescata los sentimientos positivos que acompañaron esos momentos, llénate de ellos y descansa.

Relaja tu cuerpo. Recuerda que la mayoría de las tensiones se acumulan en tu cuerpo, por eso es importante que aprendas a relajarte físicamente para liberarte de esa carga emocional. Ir al mar de vez en cuando te ayudará a soltar y a sentirte mas liviano.

No estás solo, la presencia de la Divinidad te acompaña todo el tiempo. Dar lo mejor de ti mismo, lleno de buenos sentimientos, y libre de intereses personales te hará sentir lleno. Recuerda que todo pasa y que siempre tendrás una nueva oportunidad.

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