Definimos a la codependencia como el comportamiento emocional que se presenta cuando permitimos que el estado de ánimo y acciones de otra persona nos afecte de manera negativa, al grado de obsesionarnos con la idea de cambiar o controlar a esa persona; ya que desde el punto de vista de nosotros la otra persona está equivocada y si cambia todo estaría muy bien.
Así es como nos enredamos en los problemas de los otros, y vamos dejando a un lado nuestras cosas, por buscar entre las cosas de los otros. En esta situación se permiten abusos, maltratos y dolor, tanto físico, pero sobre todo psicológico y emocional y siempre hay la tendencia a pensar que no es suficiente lo que hacemos por los demás, como si esa fuera una misión que se nos encomendó.
Las personas codependientes tienen dificultad para pedir; les resulta muy difícil pedir lo que necesitan y más bien están atentos siempre a las necesidades y demandas que le hacen los otros que están a su alrededor, pues se siente responsable de su seguridad, su salud y bienestar, en fin todo lo que pueda hacer feliz al otro.
Los codependientes tienen una muy alta tolerancia al dolor y generalmente se siente atraídos por personas con problemas, ya que de manera inconsciente, encuentran terreno fértil para cumplir la misión de "solucionarles la vida a los demás", incluso sin que nadie se lo pida.
Son personas que tienen mucha necesidad de controlar. El codependiente es controlador y manipulador y desde su punto de vista resuelve los problemas de los demás; lo cual no necesariamente es así, ya que los otros no ven ni sienten las cosas de la misma manera, pero los codependientes van al rescate constantemente de los demás, solo que el costo emocional es muy alto, ya que se llenan de odio, resentimiento y culpa al dar más allá de sus propias fuerzas, y en la gran mayoría de los casos, no lograrán llegar a las metas que han estado pensando y por las cuales han estado luchando; es más su pareja o su familia, los sienten como alguien con quien es muy difícil convivir. Llevan la vida con tanta preocupación por los otros que incluso a veces llega a enfermarse impidiéndose una vida con paz, felicidad y satisfacción.
Los codependientes presentaban una condición física, mental, emocional y espiritual muy parecida a la de los adictos. Además se ha comprobado que cuando lograban salir de una relación, se vuelven a relacionar repitiendo esos mismos patrones de conducta con otras personas. Los codependientes tienen como una constante la dificultad de expresar los verdaderos sentimientos, presentan incapacidad de hablar o discutir los problemas con objetividad, de comunicarse en forma directa y poca confianza en sí mismo y en los demás.
Es importante aclarar que en todas las familias existen ciertas características que afectan la dinámica de la propia familia y no se trata de culpar ahora a los padres, abuelos, tíos, hermanos o quienes participaron en la crianza y educación, por lo tanto lo importante es realizar los ajustes necesarios para resolver esto, más que buscar a los culpables.
Las causas más comunes de la codependencia son la necesidad innata de recibir amor y si las personas que nos cuidan no logran por sus propias vivencias darnos ese amor, satisfacer esas necesidades y demandas, es muy probable que crezcamos con la necesidad de buscar la aprobación en otras personas para sentirnos bien con nosotros mismos.
Existen una serie de mensajes en la educación y crianza que van dejando una profunda huella, por ejemplo cuando se nos dice "que inteligente eres", "qué buen trabajo hiciste", "muchas gracias por tu ayuda", "qué bien te ves con ese vestido", etc., estos son un ejemplo de mensajes que van a generar una buena auto estima; pero en el caso contrario, igual van a dar como resultado una auto estima dañada y una personalidad desvalorizada.
Si en lugar de esos mensajes hemos recibido mensajes como "mira que tonto eres", "nunca haces las cosas bien" "otra vez fallaste", "contigo siempre lo mismo" es casi seguro que al crecer vamos a buscar amor y aprobación en todos lados y por la baja auto estima entraremos en relaciones de manera desesperada y a conformarnos con "migajas" de cariño y atención, e incluso vamos a permitir y hasta justificar el maltrato.
Puedes reconocer la codependencia si tienes una gran necesidad de ser aceptado (a) más de lo común, presentas una sensación de pérdida de identidad, a veces la persona no sabe quién es o qué quiere o que objetivos busca en la vida; si llegas a sentir una especie de parálisis sentimental por miedo a herir a los demás; si tienes reacciones desmedidas que desconciertan y confunden a los demás; si padeces de incapacidad de disfrutar por estar demasiado comprometido con los demás; si presentas constante preocupación exagerada por los demás hasta hacerse daño; si tienes incapacidad de permitir que los demás vivan las consecuencias de sus actos; en realidad estas son solo algunas y puedes presentar una o varias de estas conductas de manera notoria o si notas que tu pareja presenta esto, podrás saber que hay problemas de codependencia.
Estas conductas siguen y las siguientes ya son un signo mucho mas claro, por ejemplo si la buena voluntad de ayudar nos vuelve obsesivos; si la compasión nos pone en el lugar de rescatar y tomar la responsabilidad del otro; si lo que hacemos por la otra persona nunca es suficiente y nos exigimos darle más; si no podemos dejar que el otro sea como es e insistimos en que debe de cambiar; si creemos que los otros no son capaces de cuidarse y lograr sus cosas por sí mismos; si somos capaces de postergar las metas y rutinas personales para acomodarnos a las demandas o necesidades de los demás; si nos sacrificamos hasta que duela y terminamos siendo o pareciendo víctimas del otro; si hemos perdido el interés de vivir nuestra propia vida; si padecemos síntomas como gastritis, diarrea crónica, depresión dolores de espalda y cabeza, en general que ya no se logra tener un equilibrio de buena salud; si sentimos miedo al abandono; si no podemos poner límites; si nos cuesta manejar la ira, tanto la propia porque no la podemos parar o por el temor exagerado por la ira de los demás; si vivimos sacrificándonos por otros y ellos no dan lo que merecemos, necesitamos o esperamos.
Una de las mayores justificantes para ocultar de codependencia es cuando una persona vive el amor, ya que se nos ha inculcado que en el amor se da todo, que debes vivir para tu pareja, que debes cumplir hasta su último capricho, etc., y con la justificante del amor, hay personas que van por la vida diciendo que aman demasiado a su pareja, que por amor hacen todo por los suyos, que el amor es la razón de su ser, solo que el problema es cuando la persona vive su vida a través de la vida de los demás y con el escudo del amor, se engaña a si misma la persona creyendo que por amor va a vivir la vida de los demás, sin darse cuenta que es un acto de invasión, intromisión y limita la libertad de los demás y a la larga siempre terminan mal ese tipo de relaciones, ya que sus necesidades van más allá de lo que corresponde al verdadero amor.
Cuando el amor no produce paz sino angustia o culpa está contaminado de codependencia. Ese tipo de amor es patológico, lo que se puede considerar un amor enfermos, ya que es muy destructivo pues al no producir paz interior ni crecimiento espiritual no lleva a la felicidad.
Por eso hay que tener cuidado, el amor no duele, el amor no es una lucha, el amor no es una constante batalla, el amor no es culpa, el amor no es rencor, el amor no es desvelo, el amor no es llanto, el amor no es desconfianza, el amor no es pelea, etc.
Terapeuta. José Jaime Martínez.
Terapeuta de Pareja, Especialista en Hipnosis y en Programación Neurolingüística
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