Alcanzando la NADA

La vida se esfuma en un correr acelerado por alcanzar la NADA, el polvo en que todo se convierte con el tiempo... dejando a un lado sentir, palpar la vida en sí, andando cuan sombi dopado, cuan robot sin alma, sin corazón, sin vibrar, sin palpitar ante lo simple, lo sencillo, ante los momentos, los instantes. Desperdiciamos nuestra esencia HUMANA, matamos nuestras emociones, nuestros sueños de niñez, de adolescencia para convertirnos en los maduros fríos, insensibles. Que triste, ahogamos la vida en banalidades para no sentir.

Nos ocupamos a mil... para huir de la SOLEDAD, de nuestro encuentro con nosotros mismos.

Vivamos esta VIDA tasando nuestra inocencia, fuente de mil sueños, mil ilusiones, mil palpitares, mil flamas de luz, calor.